Washington y Ankara. AFP Turquía permitirá que los aviones de EE. UU. lancen ataques aéreos contra el grupo Estado Islámico (EI) desde la base aérea de Incirlik, al sur del país, dijeron militares estadounidenses ayer.
Ankara y Washington alcanzaron un acuerdo luego de meses de negociaciones y este fue revelado un día después de que el presidente Barack Obama hablara con su contraparte turca, Recep Tayip Erdogan.
“El acceso a bases turcas como la de Incirlik incrementará la eficiencia operacional de la coalición en los esfuerzos contra EI”, dijo, bajo condición de anonimato, un responsable de la defensa a la AFP.
El acuerdo, anunciado cuando militares turcos atacaban a militantes del EI en el lado sirio de su frontera, como parte de una drástica escalada del conflicto, marca un significativo rol de Turquía en la lucha contra los yihadistas, que han tomado grandes áreas de Siria e Irak.
Estados Unidos opera aviones de combate tripulados y no tripulados en sus bombardeos contra el EI, pero previamente no podía usar las bases de su aliado turco.
“Hemos decidido profundizar nuestra cooperación en la lucha contra el EI, nuestros esfuerzos comunes para promover la seguridad y estabilidad en Irak, y nuestro trabajo para lograr una solución política al conflicto en Siria”, dijo la portavoz del Departamento de Defensa, Laura Seal.
Bombardeo turco. El Ejército turco bombardeó ayer posiciones del EI en Siria después que un soldado turco murió por disparos procedentes de una zona controlada por el grupo yihadista.
Este cruce de fuego entre las tropas turcas y el EI se produce también tras la muerte de 32 personas en un atentado suicida, el lunes, del que se responsabilizó al EI y que desencadenó una serie de actos violentos.
El soldado turco murió en la ciudad fronteriza de Kilis (sur de Turquía), por disparos procedentes de un zona siria controlada por el EI, según la agencia oficial Anatolia. Otros cuatro soldados resultaron heridos.
La quinta brigada blindada del Ejército turco respondió de manera inmediata y abrió fuego contra las posiciones yihadistas, indicó la cadena NTV, que también informó de la muerte de un combatiente del EI.
Un policía murió también, este jueves, al ser alcanzado por disparos en un barrio de Diyarbakir, ciudad de mayoría kurda del sudeste de Turquía, cuando un grupo de hombres armados abrió fuego contra policías en el lugar de un accidente de tráfico.
Militantes kurdos reclamaron, el miércoles, la autoría de la muerte de otros dos policías turcos en la localidad fronteriza de Ceylanpinar, en represalia por el atentado del lunes, pues los kurdos acusan al Gobierno de apoyar a las fuerzas del EI.
El ataque del lunes en Suruc, ciudad próxima a la frontera con Siria, estaba dirigido contra jóvenes activistas kurdos que querían llevar a cabo una misión de reconstrucción en Siria, y fue el primero por el que el Ejecutivo de Ankara culpó directamente al EI.
También atizó las tensiones con la minoría kurda del país, ya descontenta por la falta de apoyo de su gobierno a las milicias kurdas que combaten al EI en Siria.
A Turquía se le ha acusado de connivencia con los extremistas del EI, de los que esperaría que resultaran de ayuda para acabar con el régimen del presidente sirio, Bashar al-Asad, algo que Ankara siempre ha negado.
El vice primer ministro, Bulent Arinc, dijo el martes que el Ejecutivo había debatido la implantación de un “sistema integrado” para dar seguridad a la frontera con Siria. Según la prensa local, el plan incluiría mecanismos de vigilancia aérea y dos vallas fronterizas separadas por una carretera de patrulla militar.
Sus socios occidentales han acusado a Turquía de no controlar adecuadamente la frontera de 911 km de largo.
Turquía dejó de participar en la coalición internacional liderada por Estados Unidos para ayudar a los kurdos de Siria en su lucha contra el EI.
Estos acontecimientos, incluido el permiso a Estados Unidos para usar la base del sur, llegan en un momento crítico en Turquía, después de las elecciones en las que el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), del presidente Recep Tayip Erdogan, perdió la mayoría parlamentaria por primera vez desde el 2002.