Naciones Unidas, Bagdad y otras procedencias. AP, EFE y AFP. El patrimonio cultural de la humanidad es el nuevo blanco de guerra del grupo Estado Islámico (EI) , que esta semana emprendió la destrucción deliberada de invaluables obras de arte en el sitio arqueológico de Nimrud, Irak.
El EI lleva a cabo una sistemática campaña para arrasar herencias culturales que, según su interpretación extremista del islam, promueven la apostasía. Algunas de esas obras, incluidas las que se hallan en la cuna de la civilización, están en áreas que tiene bajo control.
Esa arremetida es un acto de “limpieza cultural” y un “crimen de guerra”, denunció ayer la directora de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), Irina Bokova.
Funcionarios gubernamentales iraquíes de la ciudad de Mosul dijeron ayer que los ultrarradicales sunitas ya destruyeron más del 50% de las ruinas asirias de Nimrud.
La semana anterior, el propio EI difundió un video en el cual muestra la destrucción con mazos de antiquísimas piezas de arte en un museo de Mosul.
‘Limpieza cultural’. Aún no es posible cuantificar el daño causado por los yihadistas a los tesoros arqueológicos de Nimrud, pues la peligrosa situación de seguridad impide que personal del Gobierno de Irak u otro pueda llegar al sitio.
La directora de la Unesco indicó que las autoridades de Naciones Unidas dependen, por ahora, de imágenes de satélite para evaluar el panorama.
Añadió que autoridades han visto fotos de algunas de las estatuas grandes “cuando las cargaban en camiones, así que no sabemos dónde están”. Se las llevaron posiblemente para “tráfico ilícito” .
Nada al-Hassan, jefa de la sección árabe de la Unesco, resaltó que hay mucho cinismo, porque hay destrucción, pero también todo lo que puede venderse, transportarse y generar dinero, se conserva. El tráfico de piezas arqueológicas, como estatuillas y monedas, es muy “lucrativo” para los yihadistas, dijo.
La presidenta del Comité de Turismo y Antigüedades de la provincia septentrional de Nínive, donde se encuentra Nimrud, Balquis Taha, se mostró especialmente preocupada por las estatuas de toros alados (hay dos en el sitio arqueológico).
Nimrud, fundada en el siglo XIII antes de Cristo , era considerada como la segunda ciudad del Imperio asirio.
La mayor parte de los objetos de este importante yacimiento ya no estaban en el lugar, ya que tras las primeras excavaciones fueron llevados a los museos de varios países, incluido Irak.
Pese a “su gran importancia”, Nimrud todavía no había sido declarado como patrimonio de la humanidad, pero sí estaba en el catálogo de la Unesco para ser propuesto, manifestó la experta árabe de la Unesco.
Barrida indiscriminada. Pero la campaña de destrucción del patrimonio cultural, por parte del EI, no se limita solo a Nimrud.
En la región controlada por el EI en Irak hay casi 1.800 de los 12.000 sitios arqueológicos registrados del país.
Estos son otros ataques:
En enero, el EI saqueó la Biblioteca Central de Mosul y se llevó 2.000 libros; solo dejó textos islámicos. Días después, los milicianos entraron en la biblioteca de la Universidad de Mosul e hicieron una fogata con cientos de libros de ciencia y cultura.
Destruyeron el año pasado la centenaria mezquita del profeta Younis –se cree que es lugar donde enterraron al profeta Jonás– y la mezquita del profeta Jirjis, dos santuarios en Mosul.
Los extremistas controlan la ciudad de Hatra, de 2.300 años de antigüedad, un bien preservado complejo de templos al sur de Mosul. Expertos dicen que varias grandes estatuas fueron destruidas o dañadas.
El EI ha tomado el control de la mayor parte del este y grandes regiones del norte de Siria, donde hay numerosos sitios arqueológicos. Los milicianos han saqueado sitios, excavado otros y destruido reliquias y estatuas de la era asiria como parte de su campaña por eliminar el paganismo.