Estambul. EFE El Gobierno turco indicó que los primeros indicios apuntan a que el grupo Estado Islámico es el responsable del atentado suicida que causó al menos 30 muertos este lunes en la ciudad de Suruç, con el cual se traslada a Turquía el enfrentamiento entre yihadistas y kurdos en Siria.
“Los primeros indicios apuntan a un atentado suicida y al Estado Islámico”, dijo el primer ministro turco, Ahment Davutoglu.
Aparte de los 30 fallecidos confirmados hasta el momento, hay 76 personas heridas, según los últimos datos facilitados por las autoridades locales.
La deflagración tuvo lugar en el jardín de una asociación cultural de Suruç, ciudad de unos 100.000 habitantes, situada a 10 km de la frontera siria.
Unos 300 activistas de toda Turquía se habían reunido en ese lugar para cruzar a Kobani, donde pensaban ayudar en la reconstrucción de la urbe, medio destruida tras el asedio yihadista que sufrió entre octubre y enero pasados.
Turquía contra EI. “El EI es una organización no solo contraria al pueblo sirio, sino que también supone un peligro para Turquía. Hay que tomar medidas contra ellos. Hago un llamado a quienes acusan a nuestro Gobierno de apoyar al EI. Turquía ha sido el primer país que ha advertido contra esta organización terrorista”, manifestó Davutoglu.
El primer ministro dijo que aún no se conoce la identidad del terrorista suicida, aunque los medios turcos han especulado que se trató de una mujer de entre 18 y 19 años.
También respondió a las críticas de la oposición, que acusa al Gobierno de no haber tomado suficientes medidas contra los yihadistas e incluso de haberlos apoyado para contrarrestar la influencia de las milicias kurdas en Siria, a las que Ankara considera tan “terroristas” como al EI.
Turquía califica a esas milicias como el brazo sirio de la guerrilla kurda de Turquía, el PKK, y teme la posibilidad de que se cree una región autónoma kurda en el norte de Siria.
“Acusar tan pronto al Gobierno y al AKP (partido islamista en el poder desde el 2002) es una gran irresponsabilidad”, agregó el primer ministro.
Desde el socialdemócrata CHP, el principal partido de la oposición, se acusó a Ankara de no haber hecho lo suficiente para desmantelar las redes yihadistas en Turquía, ni siquiera tras el atentado del 5 de junio que causó tres muertos en un mitin del partido pro kurdo HDP.
Esta formación fue más allá en sus críticas y aseguró que “los dirigentes en Ankara les dan palmaditas en la espalda” a los yihadistas.
El viaje humanitario para ayudar a reconstruir Kobani había sido coordinado por la Federación de Asociaciones de Juventudes Socialistas (SGDF).
Ya antes de que el Gobierno hubiera atribuido el ataque a los yihadistas, esta organización acusó en un comunicado a “la banda fascista del Estado Islámico” y “al Gobierno del AKP que colabora con ella”.
“Éramos jóvenes de todo tipo, turcos, kurdos, alevíes”, señaló en una conversación por teléfono un activista que pasó diez días en la ciudad kurda y acaba de regresar a Estambul.
“Intentábamos establecer una biblioteca en Kobani, así como un espacio para hacer música. También iban arquitectos para ayudar a reconstruir las casas”, resumió las actividades del grupo.
“Estoy llamando a mis amigos, a la chica que coordinaba el centro en Suruç, y no me cogen el teléfono. Temo que hayan muerto”, agregó.
El presidente turco, Recep Tayip Erdogan, condenó el atentado en una alocución durante su viaje a la República Turca del Norte de Chipre.
“Condeno, tanto personalmente como en nombre de la Nación, a quienes han cometido esta salvajada. Condenamos el terrorismo, venga de donde venga. El terrorismo no tiene religión ni patria”, dijo Erdogan.
En Estambul se celebró el lunes una marcha de condena al atentado, pero también de rechazo al Gobierno, que transcurrió de forma pacífica al principio, pero acabó en enfrentamientos entre la Policía y los manifestantes.
El cruce de acusaciones entre los partidos turcos tras este atentado puede dificultar aún más las negociaciones para formar Gobierno después de que el AKP ganó las elecciones generales de junio pero sin una mayoría suficiente para gobernar en solitario.
Quedan 34 días para hallar un acuerdo o bien convocar nuevas elecciones en Turquía.