AFP y AP
Por ahora, la guerra calló en Siria. Desde el lunes en la tarde rige una tregua negociada por Estados Unidos y Rusia, aunque persiste el escepticismo sobre si la cesación temporal de hostilidades se respetará.
El Ejército sirio anunció inmediatamente la suspensión de sus operaciones militares hasta la medianoche del próximo domingo.
"La situación está generalmente tranquila en todos los frentes, sobre todo en las regiones de Damasco, de Alepo y de Idleb, excepto por algunos cohetes lanzados en el sur justo después de que comenzó la tregua", dijo Rami Abdel Rahma, director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), refiriéndose a las principales zonas de combates entre los rebeldes y el régimen.
El acuerdo ruso-estadounidense podría "ser la última oportunidad de salvar" Siria, recalcó el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, unas horas después de que el alto el fuego entró en vigencia, a las 7 p. m. (10 a. m. hora de Costa Rica).
Aún así, ni la oposición ni la rebelión expresaron formalmente su conformidad con el acuerdo y pidieron "garantías" a su aliado estadounidense, mientras el escepticismo reinaba sobre la posibilidad de que se respete el alto el fuego.
Este alto el fuego debería intentar una vez más poner fin a cinco años de conflicto en Siria, además de permitir la llegada de ayuda humanitaria a cientos de miles de civiles.
Si la tregua aguanta una semana, Rusia y Estados Unidos iniciarán -de forma inédita- ataques conjuntos contra los yihadistas del Estado Islámico (EI) y del Frente Fateh al-Sham (el antiguo Frente al-Nusra, rama siria al-Qaeda).
Un respiro. Según un corresponsal de prensa presente en el sector de Alepo en poder del régimen, el último disparo procedente del bando rebelde se escuchó a las 6:55 p. m. En la parte dominado por los insurgentes primaba la calma desde las 5 p. m.
A pesar de la fiesta musulmana del Eid al Adha, las calles de los barrios rebeldes de Alepo estaban vacías, las tiendas no tenían alimentos que ofrecer. Solo las barberías permanecían abiertas.
"Es el día más tranquilo desde que me casé, hace una semana", dijo Shadi Saber, un habitante de 26 años. "Espero que esto dure para tener una luna de miel de, al menos, una semana".
"He mirado mi reloj durante todo el día y cuando el acuerdo entró en vigor, estaba feliz. Espero que esta tregua me dejará recibir a mi hermano, que vive al otro lado", declaró Jaled al-Muraweh, comerciante de 38 años, en el barrio de Furqane, en manos del régimen.
Desconfianza. Tras varias infructuosas tentativas, en especial en febrero, persiste muchas incertidumbre sobre la posibilidad de poner fin a una guerra que ha causado más de 290.000 muertos y expulsado de sus hogares a millones de sirios.
"Creemos que la única solución realista y posible al conflicto es, a fin de cuentas, una solución política", declaró Kerry.
Pero el presidente sirio, Bashar al-Asad, repitió el lunes su "determinación" de arrebatar "a los terroristas todas las regiones" del país, en alusión a los rebeldes y los yihadistas, alejando cualquier perspectiva de una solución rápida.
Los grupos rebeldes más poderosos han manifestado profundas reservas sobre el acuerdo concretado el fin de semana sin su participación por los jefes de las diplomacias de Estados Unidos y Rusia en Ginebra.
La primera semana de la tregua será crucial. En ese lapso, deben cesar las hostilidades entre los rebeldes y las fuerzas militares del presidente al-Asad.
Las fuerzas del Gobierno de Damasco pueden seguir atacando al grupo Estado Islámico y al Frente Fateh al-Sham.
Sin embargo, los insurgentes vinculados con al-Qaeda son estrechos aliados de muchas facciones rebeldes y constituyen una fuerza poderosa en la defensa de Alepo en particular.
Ante esta situación existe el peligro de que los ataques aéreos den pie a represalias de los insurgentes, lo que haría fracasar la tregua, igual que en anteriores ocasiones este año.
Para complicar las cosas, un grupo de 21 facciones rebeldes emitió el viernes un comunicado en el que advirtió de que no fueran atacados los combatientes vinculados con al-Qaeda. En el comunicado, las facciones no se comprometieron a acatar la tregua.
El texto estipula un primer alto el fuego de 48 horas en las regiones que no estén en manos del Estado Islámico (o el Frente Fateh al-Sham.
Pero no se precisa a qué regiones afecta la tregua.
Para Kerry, el régimen debería evitar bombardear "cualquier zona donde se encuentre la oposición" o sobre la que haya un acuerdo en tal sentido. Sin embargo, en varias zonas, los rebeldes están aliados con el Frente Fateh al- Sham, considerado como "terrorista" por Moscú y Washington.
El Ejército ruso, aliado de al-Asad, anunció que suspendía sus bombardeos "en todo el territorio" salvo en las zonas donde se encuentran los grupos "terroristas", sin precisar cuáles.
En lo tocante a la cooperación inédita ruso-estadounidense, un funcionario del Pentágono destacó que "todos están dispuestos a aplicar rápidamente este acuerdo si se supera la barrera" de una semana.
Aún así, que la tregua supere los siete días no significa que la cooperación vaya a comenzar automáticamente, señaló otro responsable. "Los plazos son cortos pero la desconfianza es grande".
Por su parte, los civiles siguieron pagando el precio de la violencia. Antes de que comenzara la tregua, 13 murieron en Idleb (noroeste) y 13 en la ciudad rebelde de Duma, cerca de Damasco.