En un gesto que nadie esperaba, Cuba y Estados Unidos decidieron este miércoles restablecer sus relaciones diplomáticas interrumpidas hace más de 50 años.
La medida augura el comienzo de una nueva era entre los dos países al superarse un impasse que permanecía como vestigio de la Guerra Fría.
Los cubanos se agolparon en torno a los televisores para escuchar al presidente Raúl Castro en un discurso transmitido en cadena nacional, en el que anunció la noticia e informó que había hablado telefónicamente con el presidente Barack Obama la víspera.
"Hemos acordado el restablecimiento de las relaciones diplomáticas", afirmó Castro en la televisión vestido con su uniforme verde olivo de general, sentado en un escritorio. "Los progresos alcanzados en los intercambios sostenidos demuestran que es posible encontrar solución a muchos problemas. Debemos aprender el arte de convivir de forma civilizada con nuestras diferencias".
Entre esos puntos de vista distintos se refirió a los profundos desacuerdos entre La Habana y Washington en temas como derechos humanos, política y soberanía extranjera.
"El bloqueo económico comercial y financiero, que provoca enormes daños humanos y económicos a nuestro país, debe cesar. Aunque las medidas del bloqueo han sido convertidas en ley, el presidente de Estados Unidos puede modificar su aplicación acorde a sus facultades ejecutivas", expresó el mandatario cubano.
Sin embargo, a pesar de la nueva apertura, el embargo económico continuará porque fue el Congreso estadounidense el que lo autorizó y solamente los legisladores pueden cancelarlo, algo que no se avizora ocurra pronto debido a la fuerte oposición de muchos integrantes del Partido Republicano al acuerdo alcanzado por Obama.
"Proponemos al gobierno de Estados Unidos adoptar medidas mutuas para mejorar el clima bilateral y avanzar hacia la normalización de los vínculos entre nuestros países basado en los principios del derecho internacional", dijo Castro.
El presidente de la isla también agradeció las gestiones realizadas por el Vaticano, que facilitaron la liberación del contratista estadounidense Alan Gross y de un cubano que estuvo encarcelado en Cuba casi 20 años por espiar para Washington, a cambio de tres agentes cubanos presos en Estados Unidos. El hecho de que ambos países retuvieran a estos prisioneros había sido uno de los principales obstáculos para restablecer las relaciones diplomáticas.
En las inmediaciones de la zona colonial conocida como La Habana Vieja, muchas personas salieron a los portales. En las aceras, en las entradas de los negocios o las escuelas primarias, la gente se congregó en grupos para escuchar el histórico anuncio televisado que coincidió con una declaración ofrecida por Obama en Washington.
Estudiantes irrumpieron en aplausos ante la noticia. Otros informaban a parientes y amigos por teléfono o se asomaban a las puertas de sus centros de trabajo para comentar con vecinos y transeúntes.
Las campanas de varias iglesias repicaron poco después del anuncio. La Universidad de San Gerónimo, dependencia estatal, también hizo doblar sus campanas por la satisfacción que producía el anuncio de la normalización de las relaciones diplomáticas, dijo la recepcionista del lugar.
Expertos coincidieron en que esta jornada marca un parteaguas en las relaciones bilaterales de ambos países.
La Habana lucía tranquila tras la alocución de Castro y el anuncio, pero se respiraba mucha emoción y expectativa entre los cubanos.
En enero de 1961, el presidente estadounidense Dwight D. Eisenhower rompió relaciones diplomáticas con Cuba luego de que la isla mostró una marcada inclinación a profundizar sus relaciones con la Unión Soviética. En febrero del año siguiente, su colega John F. Kennedy decretó el embargo total del comercio con Cuba.
El líder Fidel Castro, quien delegó el poder en 2006 a su hermano Raúl, no ha comentado sobre el nuevo acuerdo.