San Juan
Sin poder contener las lágrimas, la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, da cuenta de que en la ciudad la devastación fue "prácticamente absoluta" tras el paso del huracán María por Puerto Rico. "Nuestra vida como la conocíamos cambió".
"Hay mucho dolor, mucha devastación", dijo Yulín Cruz llorando ante un grupo de periodistas en un refugio de San Juan, cuyo techo se mecía por los furibundos vientos de 220 Km/hora que azotan la isla y que forzaron a los refugiados a congregarse en los pasillos.
"Muchas partes de San Juan están completamente inundadas (...) La devastación está tocando los cuatro puntos cardinales", añadió.
El gobernador Ricardo Rosselló escribió en Twitter que había pedido al presidente Donald Trump que declare a Puerto Rico zona de desastre.
El director de la Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (AEMEAD), Abner Gómez, dijo en una conferencia de prensa a media jornada que todo Puerto Rico estaba sin electricidad.
"Ya está en un 100% de gente sin electricidad", dijo Gómez, según reportó el diario local Nuevo Día.
El ojo de María tocó tierra poco antes del amanecer del miércoles con vientos de 250 Km/hora y terminó de atravesar Puerto Rico de sur a norte en la tarde del miércoles, ya rebajado a categoría tres.
Suzette Vega, de 49 años, era una de las refugiadas en la cancha del Coliseo Roberto Clemente cuando el techo comenzó a mecerse y todos fueron transferidos.
"Cuando empezaron los vientos muy fuertes a azotar el techo (...) vino la alcaldesa y nos desalojó a todos y tuvimos que subir inmediatamente al segundo y tercer piso con todas las pertenencias y los perritos", contó a la AFP.
"Un guardia me dijo 'lo que pasa es que el techo está por colapsar' y cuando miro arriba, el techo se estaba meneando como si fuera una hoja de papel. Le dije '¿pero ese techo es de cartón?' y me dijeron 'no, es de cemento'."
"Yo escuchaba los cristales cayendo, pero no sabía de dónde venían, todos los pasillos se inundaron", prosiguió Vega.
Poco después la alcaldesa aseguró a reporteros que el estadio era seguro y "que no debe ocurrir absolutamente nada".
En el centro de San Juan, Imy Rigau, de 53 años, estaba guarecida en un pasillo de su apartamento, junto a su hijo de 23 años y su perro.
Lloraba.
"Estamos encerrados todavía en el pasillo del apartamento, que lo tengo todo inundado de agua", lloró. "Tenemos como un pie (30 cm) de agua".
Vive en un cuarto piso, pero el agua llega desde el apartamento superior del edificio de cinco pisos, cuyo techo aparentemente se rompió. "El agua bajó por la escalera como si fuera una cascada y toda esa agua se metió dentro de la casa", contó.
En llamadas a la radio WKAQ 580 AM, los residentes daban cuenta de desastres desde todas partes del país.
"Hay que reconstruir la capital del país, que tiene que decirle al mundo que estamos aquí", dijo la alcaldesa de San Juan.
El Coliseo Roberto Clemente donde ella estaba, y que alberga a unas 1.200 personas, también sufrió daños.