Des Moines, Estados Unidos AFP, EFE, AP Los dos mayores partidos políticos estadounidenses iniciaron este lunes en el estado de Iowa las primarias para escoger a sus candidatos a las elecciones presidenciales de noviembre, con una leve ventaja de Hillary Clinton y un sorprendente tropiezo de Donald Trump.
Luego de dos horas del inicio de las primarias, en el campo demócrata, Clinton aventajaba al senador Bernie Sanders por apenas un punto, pero, entre los republicanos, la gran sorpresa fue el excelente desempeño del senador ultraconservador Ted Cruz.
Con el 99% de los recintos republicanos escrutados, Cruz se impuso por cuatro puntos porcentuales ante el magnate Donald Trump, al tiempo que el senador Marco Rubio se aproximaba a los dos líderes.
Según proyecciones de la cadena CNN y The Washington Post , el senador favorito de los votantes evangélicos, de origen cubano, registró el 28% de los recintos electorales, frente a 24% de Trump, su principal rival.
En tercer lugar entre los republicanos se situó el senador por Florida, Marco Rubio, también de origen cubano, con un 23%.
A las ocho de la noche, hora local, decenas de miles de electores registrados en los partidos Demócrata y Republicano iniciaron las complicadas elecciones internas, dando de esa forma el puntapié inicial a un largo proceso en todo el país, que terminará a mediados de junio.
Entre los republicanos el voto es secreto, mientras que los demócratas forman grupos por candidatos para adjudicarse delegados. Los jóvenes que cumplan 18 años antes del 8 de noviembre están habilitados a votar y participar en las elecciones internas.
Mientras en el Partido Demócrata, tres aspirantes disputan la candidatura, entre los republicanos la pelea por votos empezó con 12 personas en campaña.
Luego de estos emblemáticos caucus en Iowa, Mike Huckabee señaló que se retira de la contienda por la candidatura republicana a la Presidencia.
En la próxima semana, las primarias partidarias continuarán en el estado de New Hampshire.
En la escuela de educación secundaria de Indian Hills, en Des Moines, republicanos y demócratas realizaban internas en salas separadas apenas por un corredor.
Ben Swartz, de 84 años, llegó a la escuela acompañado de su esposa, pero mientras él se sumó al equipo demócrata que apoya al aspirante Martin O'Malley, ella se integró al grupo que defiende a Clinton.
“No creo que él (O'Malley) tenga ninguna posibilidad de victoria, pero me gusta como candidato”, dijo.
En otro lado de la sala, electores defensores de la candidatura de O'Malley distribuían bizcochos caseros de chocolate, pero aclaraban entre carcajadas que no se trataba de comprar apoyos.
En medio de la ruidosa asamblea, cuando cada grupo se presentó, los seguidores de Sanders fueron los que tuvieron la mayor ovación. Cuando el coordinador de los trabajos preguntó si había electores demócratas indecisos, una mujer soltó un sonoro abucheo, desatando risas generalizadas.
Del otro lado del corredor, Susan Murphy, de 69 años, mostraba orgullosa un broche de apoyo a la candidatura de Trump.
En tanto, otra asamblea Demócrata en la Universidad de Drake estaba tan repleta de gente que tardó en organizarse para poder comenzar a tiempo, con los diversos grupos rivalizando para ver quién hacía más ruido con sus cantos.
En el Partido Demócrata también hubo una baja. Aún antes del fin de la primaria en Iowa, fuentes cercanas a la campaña de Martin O’Malley adelantaron que el exgobernador de Maryland anunciaría su retiro de la carrera al fin de la jornada.
Con 78% de los recintos electorales del Partido Demócrata escrutados, O’Malley cosechaba un anecdótico 0,57% de los apoyos.
En los talones de Clinton. Por su parte, Hillary Clinton tiene a Bernie Sanders pisándole los talones en los sondeos, al punto de que la ex primera dama no posee ya una ventaja suficiente como para estar segura de la victoria.
Además, Clinton requiere exorcizar los demonios que carga desde esta primera primaria en el 2008, cuando también llegó como favorita, pero sufrió una sorprendente derrota ante un entonces semidesconocido senador de Illinois llamado Barack Obama.
“Ya sé cómo hacer esto y estoy lista”, dijo Clinton el lunes a la cadena de televisión CNN. “Hay mucho entusiasmo y mucha energía. Pido que todos salgan a votar en la interna y sean parte de este proceso típicamente estadounidense. Pido que salgan y voten por mí”, añadió.
El crecimiento lento pero constante de Sanders ya se tornó una preocupación evidente para la campaña de Clinton.
Desinflado. Entre los republicanos, el multimillonario Trump rompió todas las reglas de campaña de su partido y llegó a la cima de los sondeos a fuerza de declaraciones explosivas y gestos de total desprecio hacia la conducción partidaria.
Sin embargo, llegó a la primaria de Iowa presionado por Cruz, otro aspirante distanciado de la conducción republicana, pero con gran apoyo de la derecha evangélica estadounidense.
Trump dijo, la noche del lunes, sentirse “honrado” por su segundo lugar.
Los conservadores de corte más religioso ven a Trump con desconfianza por sus tres matrimonios y los groseros errores que cometió al citar la Biblia en un acto público, un recurso que Cruz maneja a la perfección.