Washington. AFP y EFE. “El derecho al matrimonio es fundamental” y, en nombre del principio de igualdad de todos ante la ley, la Constitución de Estados Unidos requiere que los estados realicen y reconozcan las bodas entre personas del mismo sexo.
El histórico fallo de la Corte Suprema de Justicia fue adoptado por cinco votos a favor y cuatro en contra, y eliminó la potestad de los estados de prohibir las uniones entre homosexuales.
El pronunciamiento fue recibido con júbilo por activistas de los derechos de los gais, pero despertó las críticas y la furia de personalidades y grupos conservadores.
La decisión del más alto tribunal del país puso fin a décadas de litigios, en momentos cuando la opinión pública estadounidense ha virado hacia una aceptación mayoritaria de las bodas entre gente del mismo sexo.
El presidente Barack Obama [[BEGIN:INLINEREF LNCVID20150626_0009]]celebró la decisión[[END:INLINEREF]] como “una victoria para Estados Unidos” y la Casa Blanca se apuntó un nuevo éxito un día después de que la Corte Suprema garantizó la continuidad de la reforma al sistema de salud ( Obamacare ).
El fallo, comentó el mandatario, “reafirmó que los estadounidenses tienen derecho a la protección de la ley y que todos deben ser tratados como iguales”.
Matrimonio para todos. Dos años después de decidir que el matrimonio no era exclusivo de las parejas heterosexuales , la Corte juzgó que los 13 estados que se negaban a unir a dos personas del mismo sexo, ahora deben casarlos y reconocer su matrimonio si se realizó en otra jurisdicción.
El juez Anthony Kennedy, quien redactó el fallo, puntualizó que en nombre del principio de igualdad de todos ante la ley, “ la 14.ª enmienda (de la Constitución) requiere que un estado celebre el matrimonio entre dos personas del mismo sexo”.
“El derecho al matrimonio es fundamental”, enfatizó el magistrado conservador, quien unió su voto a los de cuatro jueces liberales para forjar el fallo.
El texto de la Corte agregó que si bien el matrimonio es una institución central de la sociedad desde la antigüedad, “no se ha mantenido aislada de los desarrollos de la ley y la sociedad”.
“Ninguna unión es más profunda que el matrimonio, ya que encarna los más altos ideales del amor, la fidelidad, la dedicación, el sacrificio y la familia. En la formación de una unión matrimonial, dos personas se convierten en algo más grande de lo que una vez fueron”, escribió Kennedy.
Arguyó: “Sería una mala interpretación decir que estos hombres y mujeres faltan al respeto de la idea del matrimonio”.
El magistrado agregó que “su esperanza no debe ser condenada a vivir en soledad (...). Piden la misma dignidad a los ojos de la ley. La Constitución les otorga ese derecho”.
Los nueve jueces decidieron sobre las demandas presentadas en Kentucky, Michigan, Tenesí y Ohio, este último pionero con la demanda de Jim Obergefell, quien se querelló contra ese estado por no reconocer el matrimonio con su esposo, John Arthur.
Obergefell y Arthur se casaron en el 2013 después de que la Corte Suprema anuló la Ley de Defensa del Matrimonio, que calificaba este como exclusivo entre un hombre y una mujer.
Arthur murió tres meses después, pero Obergefell no pudo incluir su nombre en el certificado de fallecimiento de su marido, ya Ohio no reconocía los matrimonios homosexuales.
La historia de Obergefell, quien recibió ayer, inmediatamente, la llamada del presidente Barack Obama para felicitarlo tras conocerse el fallo, será recordada así como la última victoria por los derechos civiles de la comunidad LGTB (gais, lesbianas, transexuales y bisexuales) en el país.
Menoscabo a los estados. En oposición al criterio de mayoría en la Corte, el presidente de esta instancia, John Roberts, expresó su preocupación de que el tribunal se esté inmiscuyendo en asuntos propios de los estados.
A quienes aprueban las bodas gais los encomendó a celebrar la “oportunidad de una expresión de compromiso con una pareja” o los “nuevos beneficios”.
“Pero no celebren la Constitución. No tuvo nada que ver”, sostuvo el magistrado.
En tanto, el secretario de Justicia del estado de Texas, Ken Paxton, anticipó que la nueva batalla que comienza será por la “libertad religiosa”. “Ninguna corte, ni ley, ni decisión judicial cambiarán el simple hecho de que el casamiento es la unión de un hombre y una mujer”, declaró.
Para el grupo conservador Family Research Council , “la naturaleza y la naturaleza de Dios, elogiada por los firmantes de la Declaración de Independencia como la fuente de la ley, no pueden ser usurpadas por el edicto de una corte, incluso la Corte Suprema”.