Washington
El ministro cubano de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, mantuvo este martes un encuentro en Washington con el secretario de Estado, Rex Tillerson, en momentos en que la relación se ha visto afectada por denuncias sobre supuestos 'ataques acústicos'.
Este encuentro, el primero entre los dos diplomáticos, se realizó a puerta cerrada en la sede del Departamento de Estado.
Aunque las partes apuntaron que esta reunión fue organizada a pedido de la delegación cubana, Washington había adelantado que tenía "muchas preguntas que formular", como dijo la vocera del Departamento de Estado, Heather Nauert.
El gobierno estadounidense afirma que por lo menos 21 empleados de su embajada en La Habana han sido víctimas de "ataques acústicos" en meses recientes, al punto que el Departamento de Estado llegó a decir que estaba en "estudio" el cierre temporario de la sede diplomática.
Algunos efectos verificados entre los empleados de la embajada fueron "ligeras lesiones cerebrales", pérdida de la audición y del equilibrio, fuertes dolores de cabeza, problemas cognitivos y edemas cerebrales.
En tanto, Canadá afirmó que por lo menos cinco empleados de su embajada en La Habana también sufrieron síntomas similares.
El pasado viernes, al hablar ante la Asamblea General de la ONU, Rodríguez negó de forma terminante cualquier responsabilidad del gobierno cubano en los incidentes.
"Cuba jamás ha perpetrado ni perpetrará acciones de esta naturaleza, ni ha permitido ni permitirá que su territorio sea utilizado por terceros con ese propósito", dijo.
Formalmente Washington no ha responsabilizado a las autoridades cubanas por lo ocurrido. Sin embargo, en agosto discretamente expulsó a dos diplomáticos cubanos, alegando que La Habana era responsable por la seguridad del personal extranjero en su territorio.
Rodríguez había dicho ante la ONU que las investigaciones en curso "hasta el momento no cuentan con evidencia alguna que confirme las causas ni el origen de las afectaciones a la salud que han sido reportadas por los diplomáticos estadounidenses y sus familias".
Esas investigaciones, apuntó el diplomático, toman "en consideración datos aportados por las autoridades de Estados Unidos", y agregó que para que los estudios lleguen a algún resultado "será esencial la cooperación" de las autoridades estadounidenses.
A fines de agosto, Nauert se limitó a comentar que "una investigación está en curso. Punto".