Brasilia. AFP. La presidenta Dilma Rousseff buscará completar el proceso de deshielo con Estados Unidos presentando a la comunidad financiera de Nueva York y Washington su programa de ajuste fiscal y un frondoso menú de opciones para invertir en la economía brasileña.
Entre el 27 de junio y el 1.° de julio, la mandataria se reunirá con su par estadounidense, Barack Obama, en la Casa Blanca para tener un demorado encuentro que sellará la recomposición del vínculo bilateral, que había entrado en un compás de espera dos años atrás cuando estalló un escándalo de espionaje que llegó hasta el teléfono de la propia Rousseff.
En ese entonces, nada hacía imaginar que a poco de asumir su segundo periodo, la presidenta enfrentaría un escenario económico y político tan crítico como para que una visita a Estados Unidos pueda convertirse en un respiro de los problemas domésticos.
“Una foto de la presidenta Dilma con Obama tendrá un significado político en Brasil. Simbólicamente, tiende a comunicar una presidenta más abierta al mundo, al diálogo, especialmente para los sectores más críticos, mostraría que está intentando hacer política desde otra perspectiva”, dijo Carlos Melo, analista político de la Escuela de Negocios Insper.
“La importancia interna de este viaje es mucho mayor que la externa. Ciertamente, en este momento, es mucho más importante para Brasil que para Estados Unidos”, añadió.
Estrategia. Lejos de los sondeos que reflejan la popularidad de la presidenta en mínimos históricos (10%) y de los cuestionamientos al plan de austeridad fiscal que abundan en el Congreso y hasta en el gobernante Partido de los Trabajadores, el Gobierno ultima detalles de un seminario en Nueva York para ofrecer a cientos de inversores su plan de concesiones para obras de infraestructura por $64.000 millones.
Con el ministro de Hacienda Joaquim Levy, formado en la Escuela de Negocios de Chicago, en primera fila, el país buscará explicar cómo busca recuperar una economía que está previsto que caiga 1,2% este año , al tiempo que intenta seducir a los muy necesitados inversores extranjeros.
El plan tendrá hasta el aporte de Laurence Fink, presidente de la mayor empresa de inversión del mundo, BlackRock, quien coordinará ese evento en el New York Palace Hotel.
Sin embargo, Levy estuvo a punto de no poder viajar después de haber sido hospitalizado la noche del viernes, con dolores en el tórax. Tras realizarse pruebas en un centro médico de Brasilia, el ministro decidió mantener su periplo a Estados Unidos, aunque no embarcó con la comitiva oficial que partió este sábado hacia Nueva York.
El Gobierno brasileño ha dado a conocer su intención de profundizar la intensa relación con Estados Unidos , su segundo socio comercial con un intercambio de $62.000 millones en el 2014, y su mayor inversor externo con un stock de $116.000 millones.
Luego de dar por superado el incidente de las escuchas, el gobierno de Rousseff pretende avanzar a todo vapor en una agenda que va desde el cambio climático hasta las reformas en la ONU, según la presentación que hizo la Cancillería en Brasilia. También aspira a cosechar beneficios económicos pronto.