Washington. AFP. Donald Trump estuvo en el centro de la escena del primer debate republicano este jueves para las primarias hacia las presidenciales de Estados Unidos , pero sus rivales tuvieron sólidas intervenciones, lo cual revela que la lucha política será a muerte.
Trump, quien dijo que no podía comprometerse a apoyar a quien resulte ungido candidato o a descartar lanzarse como independiente, sembró abucheos de una audiencia que se esperaba le fuera simpática.
Probablemente, Trump obtuvo más publicidad que puntos en las encuestas durante el debate de dos horas.
Mientras, sus rivales (desde el exgobernador de Florida, Jeb Bush, pasando por el gobernador de Wisconsin, Scott Walker; el senador Marco Rubio y el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie) cimentaron la imagen de serios contendientes.
El debate ofreció a los aspirantes la oportunidad de destacar en la atestada carrera partidaria, en la que muchos de los candidatos aún deben lograr dos dígitos en las encuestas, que por ahora encabeza Trump .
El primer debate de la carrera republicana fue visto por 24 millones de telespectadores, con lo que se convirtió en la emisión más vista de la historia de la cadena estadounidense Fox News, anunció la sociedad Nielsen Media Research el viernes.
Seguridad. Con tanto en juego, la mayoría de candidatos eligió apostar a lo seguro, dejando que los moderadores desafiaran a Trump, al mostrarse sustanciales y con talla presidencial.
“Nadie cometió un error capaz de poner fin a su carrera”, dijo Geoffrey Skelly, del Centro Político de la Universidad de Virginia.
Solo Rand Paul, del ala más liberal del partido, se enfrentó directamente con Trump, al que acusó de “comprar” a políticos. Los demás se enfocaron en presentarse ante los votantes.
Walker, quien se hizo de un nombre al luchar contra los sindicatos, se posicionó como un político “agresivamente normal” del “medio oeste”, zona que podría resultar clave en la elección.
También pareció superar algunas de sus carencias en materia de política exterior, al subrayar la necesidad de tejer alianzas con los países árabes del Golfo.
El senador de Florida Marco Rubio , quizás el más fiero político entre los aspirantes republicanos, se presentó a sí mismo como la personificación del sueño americano, el hijo de inmigrantes que forjó una nueva vida en Estados Unidos tras abandonar Cuba.
El principal recaudador de fondos de campaña , Jeb Bush, llegó al debate trastabillando tras una semana difícil en la que recibió críticas por expresar dudas sobre la necesidad de fondos para temas de salud de las mujeres.
Christie, mientras tanto, exhibió algo de su determinación, al señalar que el exgobernador Mike Huckabee estaba “equivocado” en sus cálculos sobre seguridad social, en tanto atacó a Paul por su postura en materia de seguridad interior.
Solo 10 de los 17 precandidatos fueron invitados a esta gran presentación.