Washington
El hijo del presidente era la pieza que faltaba.
Hasta el martes, las preguntas sobre si la campaña de Donald Trump se había coludido con Rusia se habían enfocado principalmente en revelaciones de fuentes anónimas y conexiones sospechosas que podrían resultar tan solo en notables coincidencias. Había mucho humo, pero nada de fuego.
De repente, apareció el hijo del presidente aceptando gustosamente un encuentro con una supuesta abogada del Gobierno ruso que le prometió información que perjudicaría a la demócrata Hillary Clinton. El tipo de coordinación con Rusia que Trump ha rechazado desde hace tanto tiempo es la misma que acogió su primogénito, según parecen mostrar los correos electrónicos.
"Si se trata de lo que dices, me encantaría" , escribió Donald Trump Jr. en un correo electrónico de junio del 2016 a un publicista musical que actuó como intermediario con la abogada rusa.
En las cuatro páginas de e-mails publicados el martes, Trump Jr. también se mostró tranquilo cuando su allegado declaró que la información "es parte del respaldo de Rusia y su gobierno al señor Trump" . El encuentro se realizó días después en la Torre Trump de Nueva York.
No queda claro si la reunión viola las leyes electorales que prohíben a las campañas recibir "cualquier cosa de valor" por parte de extranjeros. Tampoco deja en claro si hubo una cooperación más extensa entre el equipo de Trump y el Gobierno ruso. Responder esas preguntas será labor del fiscal especial Robert Mueller y de los investigadores del Congreso, y es posible que la respuesta no se conozca durante meses, e incluso años.
Pero el sorprendente intercambio de correos electrónicos de inmediato avala la legitimidad de esas investigaciones y socava los esfuerzos de Trump para descartar las pesquisas, las cuales ha calificado de "farsas" y "cacería de brujas" comandada por los demócratas.
El senador republicano John Kennedy manifestó que aunque Trump haya despedido al director del FBI, James Comey, quien encabezaba previamente la indagación sobre Rusia, "no despidió al FBI. No despidió a la comisión de inteligencia del Senado. El FBI va a llegar al fondo de todo esto".
Trump Jr. difundió los correos electrónicos momentos antes de que fueran publicados por The New York Times. Por medio de un comunicado, restó importancia al encuentro al indicar que la abogada rusa finalmente "no tenía información que aportar" y solo quería discutir un extinto programa que permitía la adopción de niños rusos en Estados Unidos.
Situación incómoda. Sin importar los temas tocados en la reunión —a la que también asistieron el entonces jefe de campaña Paul Manafort, y el yerno de Trump y actual asesor de la Casa Blanca Jared Kushner—, la revelación lleva las preguntas sobre una colusión a una distancia sumamente incómoda del mandatario.
Durante meses, Trump ha rechazado vigorosamente que su campaña se haya coordinado con Moscú y afirmó que no tenía conocimiento de contactos entre su equipo y el Gobierno ruso durante los comicios. Cuando la atención hacia uno de sus asesores crece demasiado, no tarda mucho en distanciarse de ellos.
Por ejemplo, el exasesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Michael Flynn, fue despedido después de engañar al vicepresidente Mike Pence sobre sus contactos con el embajador ruso en Estados Unidos. Y cuando las preguntas sobre los clientes empresariales de Manafort vinculados a Rusia fueron en aumento este año, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo que el presidente de campaña solo tuvo un "papel limitado" durante la elección.
Pero Trump no puede distanciarse de su propio hijo. Es demasiado apegado a sus hijos adultos, quienes trabajaban con él en el negocio de bienes raíces antes de la elección. Aunque los hijos de Trump no tienen cargos formales de campaña, estuvieron al lado de su padre durante los comicios y se mantuvieron involucrados de cerca en las operaciones.
Trump Jr, al igual que su hermano menor Eric, han tomado las riendas de la Organización Trump mientras su padre se desempeña como mandatario, y su hermana Ivanka trabaja en Washington como alta asesora de la Casa Blanca.