Washington
El presidente Donald Trump arremetió este miércoles nuevamente contra la Justicia, denunciando tribunales "politizados" y acusando a los jueces que evalúan su decreto antiinmigratorio, de momento suspendido, de poner en riesgo la seguridad de Estados Unidos.
A la espera que tres jueces de una corte federal de apelaciones de San Francisco se pronuncien este semana sobre la orden presidencial que prohibió la entrada al país a inmigrantes y refugiados de siete países musulmanes, Trump aumentó el tenor de su conflicto con la rama judicial.
"Jamás quiero decir que un tribunal es parcial, por lo tanto no voy a decir que es parcial y aún no tenemos una decisión. Pero los tribunales parecen estar muy politizados", dijo el presidente republicano en una cita en Washington con la asociación de comisarios policiales.
LEA: Presidente Donald Trump reafirma política de mano dura para controlar la migración
Ante un auditorio mayoritariamente cautivo, Trump expresó "estupefacción" respecto a las preguntas hechas sobre su polémico decreto por los jueces durante una audiencia telefónica el martes, señalando que lo que escuchó fue "vergonzoso".
Tras leer a la audiencia un artículo de una ley adoptada hace 65 años, que faculta al presidente cerrar las fronteras a una categoría de ciudadanos extranjeros que considere van "en detrimento de los intereses de Estados Unidos", el mandatario señaló que hasta "un mal estudiante de secundaria" estaría de acuerdo con su interpretación de la norma.
Los jueces no examinan la constitucionalidad del decreto como tal sino solo si debe seguir mientras la Justicia examina el fondo del asunto.
La Casa Blanca se mostró confiada de un triunfo a la larga sobre la justificación de la prohibición migratoria. "La Constitución claramente da al presidente toda la autoridad para impedir la entrada a "cualquiera que no venga a este país de manera pacífica", dijo el vocero Sean Spicer.
Polémica medida
El decreto del 27 de enero cerraba las fronteras a todos los refugiados durante 120 días, y de manera indefinida a los refugiados sirios. Los ciudadanos de Irán, Irak, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen tienen prohibida la entrada durante 90 días.
Durante una semana la medida provocó caos en los aeropuertos y protestas mundiales, no menos reclamos de legisladores del mismo Partido Republicano de Trump.
LEA: Corte escucha argumentos en la feroz batalla por el veto migratorio de Donald Trump
Y también parece haber disuadido a los viajeros internacionales de no trasladarse a Estados Unidos. Según un estudio publicado por Forward Keys, que analiza estadísticas mundiales de vuelos, las reservas a destinos estadounidenses cayeron 6,5% en los días posteriores a la medida, comparado con el mismo periodo del año pasado.
No obstante, el pasado viernes James Robart, juez federal de Seattle, en el estado de Washington (noroeste), suspendió la veda migratoria, en respuesta a dos estados que argumentaron discriminación religiosa y "daños irreparables".
Trump, que llamó a Robart "dizque juez", alertó sobre posibles consecuencias a esa decisión: "Nuestra seguridad está en riesgo" por la suspensión del decreto, dijo el miércoles.
El nuevo inquilino de la Casa Blanca dibujó un alarmante cuadro de criminalidad, tráfico de drogas y ataques a policías: "muchas comunidades en Estados Unidos enfrentan una crisis de seguridad pública", dijo.