Washington
Donald Trump aprovechó su primer discurso presidencial ante la mayor reunión de activistas de derecha el viernes para renovar sus críticas a la prensa, en particular por el empleo de fuentes anónimas. "No se debe permitir (a los periodistas) usar fuentes a menos que mencionen el nombre de alguien", declaró, apenas horas después que miembros de su equipo informaron y exigieron que no se mencionara sus nombres.
"Una fuente dice que Donald Trump es 'un ser humano horrible, horrible'. Pues que me lo digan en la cara", dijo en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC, por sus siglas en inglés) . "Que no haya más 'fuentes''.
Empero, los miembros del equipo Trump habitualmente exigen el anonimato cuando hablan con la prensa.
Trump dijo que no se oponía a toda la prensa, sino "solo los medios o prensa de noticias falsas".
"Me opongo a la gente que inventa historias e inventa fuentes", expresó. " No debería permitírseles usar fuentes a menos que usen el nombre de alguien".
El presidente ha declarado su irritación con las historias de atribución anónima, en particular los numerosos informes sobre contactos entre sus colaboradores de campaña y los rusos, que la Casa Blanca ha rechazado enérgicamente.
"Las noticias falsas no dicen la verdad" , insistió Trump. "No representan al pueblo. Nunca representarán al pueblo y haremos algo al respecto".
Para Trump fue un regreso triunfal a la CPAC: fue recibido con júbilo por una multitud a la que le encanta escuchar críticas a la prensa tradicional.
¿Es cierto lo de 'fronteras abiertas'?
Por otra parte, medios de comunicación confrontan, a menudo, las aseveraciones del mandatario y de la Casa Blanca con los hechos.
La agencia Associated Press (AP) lo hizo respecto a lo dicho por Trump, el viernes, en el sentido que Estados Unidos provee seguridad otras naciones al tiempo "que dejamos nuestra propia frontera abierta. Todo el mundo puede entrar. Pero no se preocupen, vamos a poner un muro. Vamos a sacar a la gente mala de este país".
LA REALIDAD: Su afirmación sobre una frontera abierta es falsa. El número de arrestos por cruces fronterizos ilegales — la mejor manera de medir cuántas personas tratan de cruzar ilegalmente — sigue en su nivel más bajo en 40 años. El Gobierno federal durante las presidencias de George W. Bush y Barack Obama amplió aproximadamente al doble la cantidad de agentes de la Patrulla Fronteriza en el último decenio.
Además, el número de personas expulsadas del país desde que Trump asumió la Presidencia el 20 de enero no ha sido publicado. No hay evidencia que respalde su afirmación el jueves de que se están expulsando a inmigrantes ilegalmente en el país a una tasa "que nadie ha visto antes". Las deportaciones fueron numerosas bajo Obama.
En enero, 16.643 personas fueron deportadas, una baja respecto a las 20.395 de diciembre, pero similar a las cifras mensuales a inicios del 2015 y el 2016.
Este mes, funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional dijeron que 680 personas fueron arrestadas en una operación de una semana para encontrar y detener a inmigrantes delincuentes que viven ilegalmente en Estados Unidos. Tres cuartas partes de esas personas habían sido condenadas de delitos, dijo el secretario de Seguridad Nacional John Kelly. El resto no. El Gobierno no ha dado información sobre quiénes fueron arrestados en esa redada, por lo que es imposible determinar cuántos pandilleros o narcotraficantes estaban en ese grupo. No estaba claro además cuántas de esas "malas personas" han sido deportadas.
Esa redada fue planeada antes que Trump asumió la presidencia y ha sido descrita alternativamente como una operación de rutina y un indicio de su promesa de combatir duramente la inmigración ilegal. Operaciones similares durante el gobierno de Obama arrojaron miles de arrestos.