Washington
La virtual candidata demócrata a la presidencia, Hillary Clinton, se libró de enfrentarse a la Justicia estadounidense por el escándalo de sus correos electrónicos, luego de que el director del FBI, James Corney, anunció el martes que esta agencia no recomendará presentar cargos, aunque sí censuró a la exsecretaria de Estado por gran descuidio en el uso de e-mails durante su gestión.
Sin embargo, la sombra del caso planeará inevitablemente sobre la campaña, a la cual se sumó de lleno, el martes, el presidente Barack Obama.
"Aunque hay evidencias de potencial violación de los estatutos que rigen el uso de información clasificada, nuestra opinión es que ningún fiscal razonable presentaría cargos en este caso", dijo Corney. Añadió que la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) comunicará al Departamento de Justicia su criterio de que "no hay cargos adecuados para este caso".
La semana anterior, la secretaria de Justicia, Loretta Lynch, afirmó que respetaría la posición del FBI.
Conducta imprudente. En una declaración a la prensa durante la cual no permitió preguntas, Comey indicó que Clinton utilizó diversos servidores privados para sus correos, que varios de sus mensajes incluían información secreta y que es "posible" que "actores hostiles" hayan tenido acceso a ellos.
Los investigadores, por ejemplo, hallaron siete "cadenas" de correo electrónico que incluía material clasificado como top secret cuando esos mensajes fueron enviados o recibidos.
"Hay evidencia para sostener la conclusión de que cualquier persona razonable en la posición de la exsecretaria Clinton (...) debería saber que un sistema desclasificado no era el lugar para esa conversación", puntualizó el director del FBI.
En su declaración, Comey añadió que el equipo de investigadores realizó un examen de otros casos de mala manipulación de información secreta y clasificada para establecer criterios sobre cargos a ser presentados.
"No podemos encontrar un caso que pueda dar soporte a la presentación de cargos criminales en estos hechos", señaló.
De acuerdo con Coney, los casos analizados previamente incluyen mala manipulación intencional de información reservada, "deslealtad" hacia Estados Unidos u obstrucción de Justicia. "No vemos esas cosas en este caso", afirmó.
Las investigaciones, añadió el funcionario, no hallaron "clara evidencia" de que Clinton o sus asesores hayan pretendido violar las leyes, aunque "hay evidencia de que fueron extremadamente descuidados en su manejo de información muy sensible, altamente clasificada".
Comey admitió que había un "intenso debate público" sobre esta investigación, y garantizó que esta fue conducida de forma "competente, honesta e independiente".
Impacto en la campaña. La incertidumbre sobre los resultados de esta investigación del FBI se había convertido en una espesa nube negra sobre la reputación de Clinton.
"No creo que esto vaya a cambiar mucho, a pesar de que probablemente debería" , consideró Justin Holmes, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Nothern Iowa.
"La política estadounidense está tan polarizada en este momento que los demócratas se sentirán reivindicados en su mayor parte, y los republicanos tomarán un par de rutas diferentes, pero ninguna de ellas aceptará que Clinton haya sido absuelta de negligencia criminal", agregó.
A juicio de Holmes, es "probable" que los republicanos "se agarren" de las críticas de Corney para arremeter contra Clinton durante la campaña, tomando esa "información perjudicial del informe del FBI, aunque no llegue al nivel penal".
La reacción inmediata del virtual candidato republicano, Donald Trump, y de los líderes del Partido Republicano fue poner en duda el sistema y la independencia de la investigación, la cual consideraron amañada.
"Básicamente, quieren usar esto para tildar tanto a Clinton como a Obama de corruptos", manifestó el académico.
En la red social Twitter, Trump consuideró que el criterio del FBI de no recomendar cargos contra Clinton era "muy, muy injusto".
En otro mensaje, afirmó que, con sus correos electrónicos, Clinton "comprometió nuestra seguridad nacional. Y no hay cargos. ¡Wow!"
En tanto, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, aseveró en una nota oficial que "nadie puede estar por encima de la ley".
"Declinar procesar a la exsecretaria Clinton por manipular y transmitir de forma irresponsable información sobre seguridad nacional servirá para establecer un precedente terrible", estimó.
Por su parte, en una breve nota, el comité de campaña de Clinton aseguró sentirse "satisfecho" por la decisión del FBI. "Estamos felices que este asunto esté cerrado", declaró el portavoz Brian Fallon.
La polémica por los correos electrónicos se desató a comienzos del 2015, cuando los medios estadounidenses revelaron que, durante sus cuatro años en el Departamento de Estado, Clinton usó una cuenta personal para sus comunicaciones, con un servidor privado.
Clinton reconoció entonces que habría sido "más inteligente" usar una cuenta oficial y entregó en octubre del año pasado 55.000 páginas de correos electrónicos de esa etapa al Departamento de Estado, que publicó comunicaciones de la ex primera dama de manera mensual hasta el 29 de febrero.