San Bernardino, EE. UU. AP. Por lo menos tres hombres armados que se cree vestían ropa estilo militar abrieron fuego, el miércoles, en un centro de servicios sociales en el sur de California, donde mataron a 14 personas e hirieron a más de una decena, dijeron las autoridades, que describieron el incidente como una misión planeada.
Horas después, la Policía bloqueó el paso a una camioneta negra que parecía tener varios impactos de bala, sobre una calle residencial de San Bernardino. Se intercambiaron disparos y dos de los sospechosos fueron abatidos, informaron anoche las autoridades.
“Se trata de un hombre y de una mujer. Iban vestidos con ropa de asalto y llevaban rifles y pistolas”, explicó en una rueda de prensa el jefe policial Jarred Burguan.
Las autoridades no revelaron un posible motivo en el más reciente tiroteo masivo en ese país, que se da cinco días después de que un hombre armado abrió fuego en una clínica de Planned Parenthood en Colorado, donde mató a tres personas.
“Venían preparados a hacer lo que hicieron, como si estuvieran en una misión”, manifestó el jefe de Policía del condado de San Bernardino, Jarrod Burguan, quien señaló que los atacantes llevaban armas largas; es decir, fusiles o escopetas.
Momentos de horror. Los testigos relataron que varias personas se encerraron en sus oficinas esperando aterrorizadas a que la Policía las rescatara, luego de que estallaron los disparos en el Centro Regional Inland, que atiende a gente con discapacidades.
El ataque ocurrió en una zona de conferencias donde el Departamento de Salud Pública del condado de San Bernardino estaba ofreciendo un banquete, afirmó Maybeth Field, presidenta y directora general del centro de servicios sociales. Agregó que en el edificio laboran al menos 25 empleados y hay una biblioteca y un espacio de conferencias.
Los agentes de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y otras autoridades de las fuerzas del orden convergieron en el centro y buscaron a los tiradores.
No se recuperaron armas en el lugar, aunque las autoridades investigaban artículos no identificados en el interior del edificio, e incluso requirieron de la presencia del equipo antibombas.
Diez de los heridos fueron hospitalizados en condición crítica, y tres de ellos estaban graves, de acuerdo con el jefe de bomberos de San Bernardino, Tom Hannemann. La Policía advirtió de que la cifra de muertos y heridos era un estimado preliminar que podría cambiar.
La portavoz de la Policía de San Bernardino, sargento Vicki Cervantes, dijo que los reportes de los testigos varían entre uno y tres hombres armados.
A medida que los agentes registraban la zona, tiendas, edificios de oficinas y al menos una escuela fueron cerradas. San Bernardino, a unos 100 kilómetros al este de Los Ángeles, tiene unos 214.000 habitantes.
Se montaron unidades de emergencia fuera del lugar del incidente y se podía ver a personas trasladadas en camillas. Otras se alejaron rápidamente del edificio con las manos en alto, y fueron requisadas por la Policía.
El presidente Barack Obama fue informado del incidente por su principal consejero de seguridad nacional.
Expresó que era muy pronto para saber los motivos de los atacantes, pero pidió al país dar los pasos necesarios para reducir la frecuencia de tiroteos y expuso a CBS que se necesitan leyes de armas más estrictas, incluidas revisiones de antecedentes más minuciosas.