Washigton. AFP. Estados Unidos está agilizando las deportaciones de adultos y familias que cruzan ilegalmente la frontera, dijo ayer un alto funcionario del Gobierno, tras reconocer que el proceso es más lento respecto al flujo de menores indocumentados .
El secretario de Seguridad Interior, Jeh Johnson, afirmó al canal NBC que las autoridades han reducido los “plazos de devolución de inmigrantes indocumentados que cruzan la frontera con México”.
“Creo que vamos a contener esta oleada”, dijo Johnson, y agregó que el Gobierno está intensificando sus esfuerzos para desestimular a los inmigrantes, incluyendo miles de niños solos, de hacer el viaje hacia Estados Unidos.
El jefe de seguridad nacional enfatizó que la frontera “no está abierta para la migración ilegal”.
“No hay pases libres para aquellos que entran a Estados Unidos sin autorización”, afirmó el funcionario, y añadió que el Gobierno iniciará procesos de deportación “contra los inmigrantes ilegales, incluyendo niños”.
Los niños que llegan sin la compañía de adultos son, por ley, puestos bajo el cuidado del Departamento de Salud y Servicios Humanos, mientras continúa el proceso para su deportación.
Johnson reconoció que ese procedimiento “toma tiempo”.
“Estamos buscando opciones y mayor flexibilidad para encargarnos de los niños en particular, pero de una manera humanitaria y justa”, manifestó.
Preocupación. El tema migratorio ganó el estatus de urgencia en Estados Unidos luego de que 52.000 niños sin compañía de un adulto, provenientes de El Salvador, Honduras y Guatemala, cruzaron, ilegalmente, la frontera desde octubre.
El presidente Barack Obama debe viajar esta próxima semana a Texas, uno de los estados más afectados por la oleada migratoria , mientras que Johnson viajará a Guatemala para coordinar esfuerzos a fin de atender la crisis.
Estados Unidos ha incrementado la comunicación con los Gobiernos de Centroamérica para coordinar una respuesta ante la migración de niños, que huyen de la violencia y la pobreza de sus países.
Funcionarios de Guatemala, El Salvador y Honduras acordaron realizar una campaña para “desalentar” la peligrosa migración ilegal de niños a Estados Unidos, según informó la vocera de la Cancillería salvadoreña, Irene Sánchez.
La campaña, que busca cortar la migración irregular “en el corto plazo”, se realizará a través de medios de comunicación, y en las comunidades de mayor migración intervendrán sacerdotes y pastores.
Además en México, el presidente Enrique Peña Nieto y su par guatemalteco, Otto Pérez, inaugurarán hoy un programa llamado Paso seguro que busca ordenar el flujo migratorio de centroamericanos a lo largo de los casi mil kilómetros de frontera común.