Washington. AFP. Los aspirantes presidenciales republicanos alineaban fuerzas este viernes para la jornada decisiva del próximo martes en Florida y Ohio, con el millonario Donald Trump, en ventaja luego de obtener el apoyo explícito de un exadversario, Ben Carson.
Para dos de los aspirantes republicanos aún en carrera –el senador Marco Rubio y el gobernador de Ohio, John Kasich– la jornada del martes representa un momento clave en la carrera por la Casa Blanca, y podrá marcar el fin de sus ilusiones.
En el caso de Trump, una victoria en Florida y Ohio definitivamente lo pondrá en un camino sobre rieles en dirección a la nominación republicana para las elecciones presidenciales, previstas para noviembre.
Este viernes, Trump presentó una nueva carta de triunfo en su avasalladora campaña: el apoyo explícito del neurocirujano y exaspirante presidencial Ben Carson , quien la semana pasada abandonó la carrera después de una campaña con más penas que glorias.
“Hemos enterrado el hacha de guerra”, dijo Carson en una conferencia de prensa junto a Trump, antes de formular un llamado a los electores conservadores a evitar las “divisiones” y alinearse detrás de la candidatura del polémico millonario.
Según Carson, “hay dos Donald Trump”: uno, el orador arrasador que no tiene problemas en decir lo que piensa, y otro que “es muy cerebral, que considera todas las cosas muy cuidadosamente y con quien se puede conversar muy en profundidad”.
Ventaja para Trump. La adhesión de Carson es un paso importante para Trump porque le permite avanzar entre el electorado evangélico y entre los conservadores desencantados con la conducción del Partido Republicano.
Al mismo tiempo es un golpe para el senador ultraconservador Ted Cruz, que en esta campaña se presenta como el abanderado de la derecha religiosa.
En declaraciones a la prensa, Rubio dijo este viernes que una candidatura presidencial de Trump provocará “una fractura” en el partido.
Rubio precisa con urgencia una victoria [[BEGIN:INLINEREF LNCVID20160311_0012]]en Florida [[END:INLINEREF]]para mantenerse con vida en la campaña.
“En relación con la elección de Florida, me siento muy bien”, dijo Rubio, aunque casi la totalidad de los sondeos indican que Trump vencerá a Rubio, posiblemente por una ventaja de hasta ocho puntos porcentuales.
En esta primaria republicana, los vencedores en Florida, Illinois y Ohio se quedarán con todos los delegados, y no con una proporción, como en las consultas realizadas hasta ahora.
El martes, después de ganar las primarias de Míchigan y Misisipi, Trump anticipó que si vencía en Florida y Ohio, “este juego estará liquidado”.
En Ohio, en tanto, Trump enfrenta la popularidad de Kasich, un conservador moderado que tiene el claro apoyo de la dirección del Partido, pero que no logra despegar en las primarias.
Como podría ocurrirle a Rubio en Florida, una derrota de Kasich en Ohio prácticamente sepultará lo que resta de sus ilusiones.
Esto explica el llamado formulado por el comité de campaña de Rubio para que los conservadores de Ohio voten en masa por Kasich, en una tentativa de frenar el avance imparable de Trump.
Sin embargo, la campaña de Trump también se tornó el viernes el centro de las atenciones ante la oleada de indignación por los repetidos actos de violencia en sus actos públicos contra electores contrarios a su candidatura y hasta contra periodistas.
El último de estos episodios ocurrió el jueves, cuando circularon videos de un elector de Trump agrediendo a puñetazos a un manifestante negro que protestaba en solitario, y se conoció el caso de una periodista que acusó a un alto directivo de la campaña de Trump de derribarla a empujones.
Katrina Pierson, vocera de la campaña de Trump, admitió este viernes que “alguien empujó” a la periodista, pero negó que haya sido un integrante del equipo del candidato.
Ya en la víspera el diario The New York Times había publicado un extenso artículo donde afirmó que protestar en un acto público de Trump se había tornado “la acción política más arriesgada de 2016”.
En febrero, durante otro de los actos, las cámaras captaron cómo uno de los agentes de seguridad que protegen a Trump había sostenido por el cuello a un premiado fotógrafo que cubría el evento y lo inmovilizó brutalmente contra el piso.
Este viernes, en la ceremonia en que presentó el apoyo de Carson, Trump dijo que en varios de sus actos públicos hubo personas que protestaban "lanzando golpes contra la audiencia. Esta vez, el público también lanzó golpes. Fue una reacción apropiada".
Estos incidentes se han repetido en prácticamente todos los actos públicos de Trump desde el inicio de las elecciones primarias.