Washington EFE Seis de los principales contendientes republicanos con aspiraciones para las presidenciales de 2016, se reunieron este fin de semana en Utah para tejer alianzas y evitar una lucha interna feroz que les reste posibilidades frente a la principal rival demócrata: Hillary Clinton.
Con el objetivo de no caer de nuevo en la misma trampa, Mitt Romney, quien disputó la candidatura republicana en el 2012, invitó este fin de semana en un hotel de montaña de Utah a donantes, estrategas y seis de los once principales aspirantes.
El gran ausente fue Jeb Bush, quien anunciará el lunes su intención de ser el candidato republicano tras cinco meses de campaña de recaudación y formación de su equipo.
Bush se encuentra en Europa. En una entrevista emitida ayer por la CNN desde Estonia, Bush quiso distanciarse de los otros diez aspirantes republicanos, que convierten el proceso de primarias en algo parecido a un juego de malabares.
Distanciarse de la gestión de su hermano y anterior presidente, George W. Bush, y recaudar el dinero que requiere una campaña estadounidense han sido otros de los más importante desafíos para el exgobernador de Florida hasta la fecha.
Bush cambió a su director de campaña antes de comenzarla oficialmente para encauzar su estrategia y pese a su condición inicial de favorito está empatado con el senador Marco Rubio y el gobernador de Wisconsin, Scott Walker.
Walker, pero sobre todo Rubio (que ha visto una mejora en las encuestas), se dejaron querer este fin de semana por los grandes donantes invitados a Deer Valley (Utah) por Romney, que quiere ser el padrino de un candidato que ilusione tanto a las bases como al electorado de las generales y no se agote en luchas internas.
Rubio, que en algunos círculos suena como compañero de fórmula de Walker, goza de una renovada popularidad entre los conservadores tras rebatir con pruebas un artículo de The New York Times que exponía gastos estrafalarios y malas decisiones financieras.
La media de encuestas que realiza la web de análisis electoral RealClearPolitics sitúa a Bush, Walker y Rubio en la horquilla del 11-10%, con ventaja clara sobre otros rivales, pero con un apoyo mucho más repartido que el de la aspirante a la nominación demócrata Hillary Clinton, líder indiscutible de su partido con un 59%.
Según la web especializada Político, los donantes republicanos, con el magnate de los casinos Sheldon Adelson -que donó más de 100 millones de dólares en 2012- a la cabeza, buscan una apuesta segura que pueda hacer frente a Hillary Clinton.
El dinero es una de las mejores medidas de las posibilidades presidenciales en Estados Unidos y, pese a llevar clara ventaja, Bush parece tener dificultades para conseguir la cota de los 100 millones de dólares propuesta para este mes, según el diario The Washington Post.
La hora de la verdad llegará con el primer debate televisivo entre los republicanos, previsto para el 6 de agosto en el canal conservador Fox News.
En el retiro de montaña de Utah, el excandidato presidencial de 2008 y senador John McCain criticó las normas de los debates elaboradas por el Partido Republicano, pensadas para reducir el número de participantes y apariciones y permitir así un menor desgaste de los favoritos.