El senador estadounidense Ted Cruz, quien ganó el "caucus" republicano de Iowa con el 27,7% de los votos y dejó atrás al multimillonario Donald Trump (24,3%), llegó a ser considerado un "loquito" por sus pares del partido Republicano, debido a su obsesión con el cierre del estado federal mediante el bloqueo al presupuesto.
El abogado de 45 años tiene apenas tres años de experiencia en Washington como senador, pero su condición de "rebelde" tuvo éxito entre los electores republicanos furiosos con el "acomodado" sector del partido que no desea comprarse demasiados problemas con el presidente demócrata Barack Obama.
Para los políticos y electores del partido Demócrata, Cruz es un demagogo peligroso a quien odiar resulta fácil.
Pero para los sectores conservadores religiosos, Cruz es un patriota, un representante del hombre de a pie mandado al Congreso para defender el ideario de un estado mínimo y apoyo a la iniciativa privada.
Con ello, se convirtió en una suerte de estrella de los sectores más conservadores del partido, y en especial del ultraconservador Tea Party, aunque no son pocos los que lo consideran parte del problema por su insistencia en trabar la actividad del estado federal.
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Eximio orador, Cruz ya enfureció a la dirigencia partidaria de más edad por su completa falta de obediencia o respeto por los líderes tradicionales, a quienes les roba cámara cada vez que puede.
En su discurso, Cruz insiste en que el gobierno ha destruido la economía, limitó las libertades religiosas, dejó los derechos constitucionales "bajo asalto", aplasta a los estadounidenses con impuestos y además desea sacarles sus armas.
"Yo sé como se arregla esto. Y es hacer que Washington deje de destruir todo", dijo recientemente en un acto.
En setiembre de 2013, Cruz se tornó una celebridad cuando pronunció un discurso de 21 horas de duración para bloquear el Senado y evitar que se discutiera una ley sobre gastos públicos, gesto que tuvo como consecuencia el cierre del gobierno federal por falta de un presupuesto legalmente aprobado.
Este interminable discurso para obtener el cierre del gobierno llevó a la exasperación al veterano senador John McCain, candidato presidencial republicano en 2008, quien clasificó a Cruz y otros legisladores del Tea Party como los "loquitos de la derecha".Nacido en Canadá y criado en Texas, hijo de un inmigrante cubano, Cruz se graduó en derecho en Harvard y en 1996 pasó a trabajar para un juez de la Corte Suprema, William Rehnquist.
Cruz se unió al equipo legal de George W. Bush durante el caos del recuento de votos en Florida en 2000, y luego ocupó altos cargos en el Departamento de Justicia y en la Comisión Federal de Comercio.
En 2003 retornó a Texas y fue nombrado jefe del ministerio público, por lo que debió argumentar numerosos casos ante la Corte Suprema en Washington.
En 2012, Cruz disputó una plaza al Senado apoyado por el Tea Party, la vertiente radical, antigobierno y antiimpuestos, y aplastó tanto a sus adversarios dentro del partido Republicano y a sus opositores demócratas.
Y fue así que el hijo de un inmigrante cubano, que siempre se jactó del enorme apoyo que tiene en Texas, un estado repleto de inmigrantes, se tornó un férreo opositor a cualquier medida para regularizar a los indocumentados.
En 2014 atacó con virulencia a Obama por la tentativa de proteger millones de inmigrantes de la deportación, medidas a la que llamó una "amnistía ilegal".
Durante el último debate entre los republicanos (que Trump boicoteó), Cruz expresó su convicción de que "los temas y la substancia, la visión y los antecedentes deben ser el centro de la política".
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Trump concentró sus ataques a Cruz por haber nacido en Canadá, afirmando que no puede ser presidente de Estados Unidos. El punto se convirtió en una polémica nacional, pero Cruz afirma que es un "ciudadano natural" estadounidense.