Baltimore. AP y AFP. Las escuelas reabrieron y la tranquilidad volvió a ayer reinar en Baltimore tras el toque de queda nocturno que fue vigilado por 3.000 policías y guardias nacionales.
El sistema escolar reanudó las actividades deportivas después de clases. Los disturbios que condujeron a la implantación de la medida comenzaron el lunes cuando las escuelas secundarias terminaron sus actividades y los estudiantes chocaron con la Policía cerca de una red de transportes.
Además, en un espectáculo deportivo inusual en la historia de las Grandes Ligas, el juego de ayer de los Orioles de Baltimore, en el estadio en Camden Yards, se disputó sin público, por motivos de seguridad. Los palcos de la prensa estaban repletos, pero las gradas estaban vacías cuando se lanzó la primera pelota.
Los activistas afirmaron que seguirán presionando en busca de respuestas al caso de Freddie Gray, el joven negro de 25 años, cuya muerte se dio en circunstancias poco claras mientras estaba detenido por la Policía.
Ayer en la mañana, decenas de manifestantes se congregaron frente a la oficina de la Fiscalía General de Baltimore para reclamar justicia. Los organizadores dijeron que apoyaban a la fiscala Marilyn Mosby, quien asumió en enero y en su campaña prometió hacer frente a las prácticas policiales agresivas.
Se prevé que la Fiscalía reciba un informe policial mañana. Luego deberá decidir si cabe entablar cargos contra los seis policías que arrestaron a Gray.
Efectivo. La medida había comenzado de forma poco prometedora el martes por la noche, cuando unos 200 manifestantes ignoraron las primeras advertencias de la Policía y las súplicas de activistas y líderes religiosos de la comunidad de que se dispersaran.
Algunos lanzaron botellas de agua o se tumbaron en el suelo. Policías protegidos por escudos antimotines lanzaron latas de gases lacrimógenos y usaron gas pimienta contra la multitud. Luego, avanzaron poco a poco para repeler a la gente.
Los manifestantes recogieron las latas y las lanzaron contra los agentes. Empero, la muchedumbre se dispersó con rapidez y, en minutos, se vio reducida a docenas de personas.
Poco antes de la medianoche del martes, el comisionado de policía de Baltimore, Anthony Batts, declaró que el toque de queda era un éxito. “No tenemos mucho movimiento en la ciudad en general”, afirmó.
“Creo que lo mejor de esta noche es que los ciudadanos están seguros y la ciudad está estable. Debemos mantenerlo”.
La Policía detalló que 35 personas fueron arrestadas después del comienzo del toque de queda.
En una entrevista transmitida ayer en un programa matutino, el presidente Barack Obama expresó que los disturbios demostraban que los departamentos de Policía deben inspirar más confianza en las comunidades negras.
El presidente agregó que también hay que hacer frente a problemas subyacentes como escasa educación, drogas y oportunidades laborales limitadas.
Por su parte, la precandidata presidencial demócrata Hillary Clinton llamó ayer a Estados Unidos a enfrentar las “duras verdades” sobre el problema de “raza y justicia”, en medio de la tensión entre la comunidad negra.
“Tenemos que hacernos cargo de algunas duras verdades sobre raza y justicia en Estados Unidos”, dijo Clinton en un discurso en la Universidad de Columbia.
Los enfrentamientos se produjeron tras un día de alta tensión pero relativa calma en Baltimore, que sufrió saqueos e incendios el lunes , en los peores disturbios en la ciudad desde 1968.
Policías, líderes comunales y vecinos condenaron los actos de violencia, y cientos de voluntarios acudieron el martes a barrer las calles llenas de vidrios.
El gobernador, Larry Hogan; la alcaldesa, Stephanie Rawlings-Blake, y otros funcionarios se presentaron a lo largo del día y prometieron recuperar y restaurar el orgullo de la ciudad.