Washington
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le pidió al jefe del FBI James Comey, a quien despidió la semana pasada, que "abandonara" una investigación sobre el exasesor de seguridad nacional Michael Flynn, reveló este martes el diario The New York Times.
Ese pedido del presidente, que consta en un memorando confidencial de Comey citado por el diario, representaría una interferencia directa en una investigación en curso y una posible obstrucción de la justicia.
Michael Flynn "es un buen tipo. Espero que pueda abandonar" esta investigación, habría dicho Trump a Comey durante una conversación en el salón oval el 14 de febrero, informa el diario.
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"Espero que pueda ver el modo de dejar esto, de dejar ir a Flynn", agrega el documento.
Flynn fue obligado a dimitir el 13 de febrero por haber omitido revelar los repetidos contactos que mantuvo con el embajador ruso en Washington el año pasado, durante los cuales habría abordado las sanciones estadounidenses a Moscú.
También es objeto de una investigación del Pentágono sobre pagos de empresas vinculadas al gobierno ruso.
Según The New York Times, el exjefe del FBI había adquirido el hábito de redactar memorandos sobre esas conversaciones con Donald Trump debido a que las percibía como "intentos inapropiados del presidente de influir en una investigación en curso".
La Casa Blanca reaccionó inmediatamente afirmando en un comunicado que "el presidente jamás le pidió a Comey ni a otra persona que cerrara una investigación, incluida una investigación sobre el general Flynn".
Las notas de un agente del FBI son generalmente consideradas ante un tribunal como pruebas creíbles de que una conversación efectivamente tuvo lugar.
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Información compartida. Paralelamente al caso de Comey y Flynn, Trump defendió este martes su "derecho" de compartir con Rusia informaciones reservadas de inteligencia, en medio de denuncias por haber mencionado información secreta durante un encuentro con el canciller ruso, Serguei Lavrov.
En un intento de cerrar la enorme controversia, la Casa Blanca negó este martes que la seguridad nacional estadounidense haya quedado comprometida por la informaciones que Trump compartió con el jefe de la diplomacia rusa en el Salón Oval, hace una semana.
Trump está en el centro de un escándalo de alcance imprevisible por haber mencionado, en una reunión con el canciller Lavrov que el grupo Estado Islámico (EI) planeaba ataques a Estados Unidos utilizando computadoras portátiles en vuelos.
Según fuentes coincidentes, esa información habría sido ofrecida a Estados Unidos por Israel con la condición de no traspasarla a nadie, ni siquiera a otros países aliados, para no exponer a la fuente.
En la red Twitter, Trump se defendió este martes de la acusación de haber pasado información secreta y dijo que compartir inteligencia era su derecho.
"Como presidente quise compartir con Rusia (en un evento abierto de la Casa Blanca), como es mi derecho absoluto, hechos sobre terrorismo y seguridad aeronáutica", escribió Trump en una serie de tuits.
El supuesto traspaso de informaciones reservadas al jefe de la diplomacia rusa provocó un verdadero terremoto político que escandalizó hasta a firmes aliados del gobierno en el Congreso.
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El influyente senador republicano John McCain apuntó este martes que las denuncias son "profundamente perturbadoras".
En el plenario del Senado, el legislador demócrata Tom Udall fue más brutal: "No creo que haya paralelo en nuestra historia de semejante falta de discreción presidencial o tan peligrosa incomprensión sobre como administrar información clasificada".
El senador republicano Bob Corker, líder de la comisión de Relaciones Exteriores, admitió que la Casa Blanca se encontraba en una "espiral descendente" y consideró urgente que "haga algo para recuperar el control y el orden. Es algo que tiene que ocurrir".
El más antiguo senador en el cargo, el demócrata Patrick Leahy, dijo a la prensa que "nuestras instituciones se están cayendo a pedazos".
La comisión de Asuntos de Inteligencia de la Cámara de Representantes confirmó que el director de la CIA, Mike Pompeo, concurrirá a una audiencia el próximo martes.