Washington.
La empresa automotriz Ford anunció este martes que canceló un plan por $1.600 millones para construir una nueva planta en México, tras recibir críticas del presidente electo Donald Trump.
El anuncio de la gigante automotriz ocurre en momentos en que Trump aumenta las presiones sobre las grandes empresas estadounidenses para que devuelvan al país sus plantas de producción o ensamblaje y ayuden a crear puestos de empleo.
La empresa, segunda del sector en Estados Unidos, parece haber entendido claramente el mensaje y anunció haber dado marcha atrás en sus planes de abrir una nueva planta en México, donde crearía unos 2.800 puestos de trabajo.
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"Ford anunció que canceló los planes para la nueva planta en San Luis Potosí, México", informó la firma en un comunicado, en referencia al proyecto que costaría $1.600 millones y que había sido anunciado en abril de 2016.
Impuestos. La competidora General Motors (GM) fue objeto este martes de las críticas (por medio de Twitter) de Trump, quien amenazó a la transnacional con fuertes impuestos a la importación de sus vehículos producidos en el extranjero, en especial en México.
"General Motors está enviando su modelo Chevy Cruze, hecho en México, a Estados Unidos sin pagar impuestos al cruzar la frontera. ¡Háganlo en Estados Unidos o paguen una alta tasa de frontera!", expresó el presidente electo.
En tanto, el ministerio de Economía de México dijo que Ford deberá pagar cualquier inversión que el gobierno mexicano haya realizado para facilitar la construcción de la planta.
La decisión de Ford implica 700 nuevos puestos de trabajo e inversiones por $700 millones en un plazo de cuatro años para ampliar su planta de Flat Rock, en Michigan (EE. UU.), para la producción de automóviles eléctricos y sin conductor.
Michigan es un estado golpeado brutalmente por la fuga de plantas industriales al extranjero, y donde Trump logró una victoria fundamental en las elecciones de noviembre pasado.
No obstante, Ford mantendrá parte de su programa de transferencia de la producción a México: su modelo Focus será producido en una planta ya existente en Hermosillo (noroeste), en lugar de la nueva planta que había sido prevista para San Luis Potosí.
El director ejecutivo de Ford, Mark Fields, dijo a CNN que la empresa analizó todos los factores antes de adoptar la decisión, "incluyendo aquello que vemos como un ambiente más positivo a la manufactura bajo el presidente electo Donald Trump".
Voto de confianza. Sin embargo, apuntó que la empresa "no hizo un trato con Trump. Lo hicimos por nuestro negocio", añadió.
"Es un voto de confianza en algunas de las políticas que está diseñando y la razón de esta decisión de invertir aquí, en Estados Unidos, y en nuestra planta en Michigan", dijo Fields.
Fields apuntó que la decisión de concentrarse en los automóviles eléctricos es parte del compromiso ya manifestado por la firma de invertir 4.500 millones de dólares en desarrollar ese tipo de vehículo.
Los empleados de Ford, reunidos en el interior de la planta de Flat Rock, aclamaron la noticia. El vicepresidente del sindicato United Auto Workers, Jimmy Settles, dijo a los trabajadores que lloró cuando escuchó lo de la inversión.
La planta en Flat Rock, que emplea a unas 3.200 personas, corría el riesgo de cerrar durante la recesión. Más recientemente tuvo despidos temporales debido a una desaceleración de las ventas de uno de sus modelos, el Ford Mustang. La planta también fabrica el Lincoln Continental.
Por su lado, GM respondió a Trump que la gran mayoría de sus vehículos modelo Cruze se fabrican en Ohio, y solo unos pocos se importan desde México.
Las automotrices están respondiendo al estilo agresivo de Trump, quien durante la campaña prometió imponer 35% de aranceles a los autos producidos en México y deshacer el Tratado de Libre Comercio con Canadá y México.