Washington
¿Qué afectó la salud de diplomáticos de Estados Unidos en Cuba? ¿Sufrieron un "ataque acústico"? ¿Hay "un tercer país" involucrado? Washington investiga extraños "incidentes" que ponen a prueba las aún frágiles relaciones con La Habana.
"Una investigación está en curso. Punto", se limitó a decir el jueves el Departamento de Estado estadounidense sin contestar los muchos interrogantes en torno al caso, que podría complicar el deshielo iniciado hace dos años entre ambos países para superar medio siglo de enfrentamientos.
Todo empezó a finales del 2016 cuando funcionarios de Estados Unidos en La Habana "comenzaron a experimentar dolencias" y "varios síntomas físicos", por los cuales terminaron recibiendo tratamiento médico y siendo repatriados.
Esos funcionarios "no estaban seguros. No estaban seguros, obviamente, porque les ha pasado algo. Lo tomamos muy en serio", dijo a periodistas la portavoz de la diplomacia estadounidense, Heather Nauert, quien el miércoles se refirió escuetamente al tema, sin especificar el número de estadounidenses afectados, ni detallar la naturaleza de los síntomas.
"No tenemos respuestas definitivas sobre la fuente o la causa de lo que consideramos incidentes", señaló.
Por su parte, Canadá informó el jueves de que uno de sus diplomáticos en Cuba sufrió pérdida de audición, y dijo que investiga las causas.
"Estamos conscientes de los extraños síntomas que afectan al personal canadiense y estadounidense y a sus familias en La Habana", expresó Brianne Maxwell, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores canadiense.
Nauert se negó a comentar sobre los problemas de audición del diplomático canadiense en la isla. Y declinó "culpar a ninguna persona, o a un país".
¿'Ataque acústico'? El jueves, citando altos funcionarios estadounidenses bajo anonimato, la cadena CNN informó de que Washington considera un posible "ataque acústico" realizado con sofisticados aparatos sónicos desplegados en el interior o exterior de la residencia de los diplomáticos.
Según el reporte, el gobierno de Donald Trump quiere determinar si "un tercer país" podría haber conducido este ataque como "represalia" por acciones estadounidenses y para afectar el vínculo entre Washington y La Habana.
Estados Unidos y Cuba reanudaron sus relaciones diplomáticas en el 2015. Pero el proceso de normalización sufrió un retroceso con la llegada de Trump, partidario de una línea más dura hacia el gobierno comunista que su antecesor Barack Obama, promotor del deshielo.
"Esperamos resolver este asunto de manera satisfactoria", indicó Nauert el jueves, al destacar que trabajan de manera conjunta con La Habana para determinar lo ocurrido.
"Estamos en contacto regular con el Gobierno cubano. Están dando alguna orientación, alguna ayuda en esta investigación", añadió.
Estados Unidos informó de que, "como consecuencia" de la partida de sus funcionarios de la isla, dos diplomáticos cubanos en Washington fueron expulsados del país el 23 de mayo, una decisión que Cuba consideró "injustificada e infundada".
En un comunicado el miércoles, el gobierno comunista manifestó su protesta y negó categóricamente haber maltratado a diplomáticos, al tiempo que aseguró que investigaba los "incidentes" reportados en febrero.
"Cuba jamás ha permitido ni permitirá que el territorio cubano sea utilizado para cualquier acción en contra de funcionarios diplomáticos acreditados ni sus familiares, sin excepción", indicó el Ministerio de Relaciones Exteriores.
De confirmarse un ataque acústico a diplomáticos en Cuba, sería un hecho sin precedentes en la isla, aunque antes de 2015 ha habido quejas de acoso a funcionarios estadounidenses por parte de los cubanos, y viceversa.
La Embajada de Estados Unidos en La Habana, cerrada en 1961 con la ruptura de relaciones diplomáticas entre ambos países, fue reabierta en 1977 como una sección de intereses tras un acuerdo entre Jimmy Carter y Fidel Castro. Este último llegó a considerarla un "nido de espías".