Washington
El presidente Donald Trump ordenó, este miércoles, la construcción de un muro a lo largo de la frontera con México, la creación de nuevos centros para detener inmigrantes no autorizados y la reactivación de un programa federal para agilizar deportaciones.
"El secretario de Seguridad Interna, trabajando en conjunto conmigo y mi equipo, comenzará de inmediato la construcción de un muro en la frontera. Lo necesitamos mucho", dijo el mandatario en un discurso.
La construcción del muro constituye una de las más polémicas propuestas de la campaña electoral de Trump.
De acuerdo con la Casa Blanca, la medida determina la "construcción de una larga barrera física en la frontera sur del país".
En su sección 4, el decreto determina que el secretario de Seguridad Interna debe tomar "las medidas apropiadas para planificar, diseñar y construir de inmediato una pared física a todo lo largo de la frontera sur" del país, limítrofe con México.
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Eso deberá hacerse "utilizando los materiales y la tecnología apropiada para alcanzar de forma más eficaz el completo control operacional" de esa frontera.
En un discurso ante el personal del Departamento de Seguridad Interna, Trump dijo que con las medidas incluidas en los dos decretos será posible "salvar miles de vidas, millones de empleos, y miles de millones de dólares".
Las medidas contempladas en los dos decretos, apuntó, "son parte de una reforma del sistema migratorio que hemos delineado durante la campaña" electoral.
A pesar del tono de sus declaraciones y del explosivo contenido de sus decretos, Trump dijo estar seguro que las relaciones entre Estados Unidos y México "van a mejorar".
"Trabajando juntos en comercio positivo, fronteras seguras y cooperación económica estoy seguro que podemos mejorar la relación entre nuestras dos naciones a un nivel que no se ha visto en mucho tiempo. Pienso que nuestras relaciones con México van a mejorar", dijo.
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La medida también veta la liberación de inmigrantes ilegales detenidos y mantiene la prioridad de deportación para inmigrantes con antecedentes criminales.
El vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo este miércoles que la construcción del muro "no es solo una promesa de campaña, sino un primer paso de sentido común para asegurar nuestra porosa frontera".
Según el portavoz, el Gobierno "eliminará recursos federales para las llamadas ciudades santuario y ciudades que dan abrigo a inmigrantes ilegales".
El vocero añadió que "sí, de una forma o de otra, México pagará por la obra".
El mandatario firmó también este miércoles un segundo decreto que se propone reforzar la vigilancia migratoria en el interior del país.
¿Cuándo se construirá el muro y quién lo pagará?
Poco antes, en declaraciones exclusivas a la red de TV ABC, Trump había dicho que la construcción del muro comenzará "tan pronto como podamos hacerlo", posiblemente en los próximos "meses", aunque añadió que "con seguridad la planificación comenzará de inmediato".
"De una manera u otra, México pagará", dijo Spicer durante su conferencia de prensa diaria, en la que omitió la presencia en la capital estadounidense del canciller mexicano Luis Videgaray para su primera reunión con el nuevo gobierno estadounidense.
En la noche del martes, Trump había recurrido, como es su hábito, a la red Twitter. "Planeamos un gran día para la SEGURIDAD NACIONAL. Entre muchas otras cosas, ¡construiremos el muro!", escribió el mandatario.
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Partes de esa frontera ya tienen una cerca e incluso hay tramos con una enorme barrera, pero Trump pretende cumplir su promesa de campaña de hacer un "bello muro" en toda la extensión de los 3.200 kilómetros, para frenar el ingreso de inmigrantes ilegales.
Durante toda la campaña electoral Trump había prometido que México pagaría por la construcción del muro, pero luego de su triunfo en los comicios admitió que la obra podría hacerse con recursos federales estadounidenses.
Trump dijo a la red ABC que Estados Unidos "recibirá de vuelta el dinero (por el muro) en una fecha posterior, mediante cualquier transacción que hagamos con México".
El paquete de medidas también deberá imponer severas restricciones al programa de aceptación de refugiados, tal como lo había prometido durante la campaña electoral.
El nuevo mandatario había llegado a proponer la suspensión total de la llegada de refugiados musulmanes al país.
En esta jornada, Trump deberá anunciar restricciones migratorias y acceso a Estados Unidos a personas con visas de Irak, Irán, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen.
Cita con el presidente mexicano
La firma de ese decreto coincide, además, con la presencia en Washington del ministro mexicano de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, quien prepara una visita del presidente Enrique Peña Nieto, prevista para finales de enero.
El ministro mexicano de Economía, Ildefonso Guajardo, también se encuentra en Washington, y al embarcar rumbo a Estados Unidos dijo a la prensa que "hay clarísimas líneas rojas que se tienen que pintar desde el principio".
Consultado sobre si México abandonaría las conversaciones si el muro o las remesas están en la agenda, Guajardo respondió: "totalmente".
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Solicitud de investigación
Trump abrió este miércoles otro frente de polémica al anunciar en la red Twitter que solicitará una investigación sobre un presunto fraude en las elecciones presidenciales de noviembre, en las que resultó elegido.
"Voy a solicitar una gran investigación sobre fraude electoral, incluyendo a quienes estaban registrados para votar en dos estados, aquellos que son ilegales e incluso aquellos registrados que están muertos (algunos desde hace mucho tiempo). Según los resultados, reforzaremos los procedimientos de votación", escribió.
La polémica había estallado el martes, cuando Spicer dijo en conferencia de prensa que Trump estaba convencido de que hubo hasta cinco millones de votos ilegales en la elección.
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"Pienso que el presidente cree desde hace un tiempo (que hubo fraude) basándose en estudios e informaciones de los que dispone", dijo Spicer, para añadir que Trump había visto un estudio que sugería que un 14% de las personas que votaron "no eran ciudadanos".
El 8 noviembre, Trump obtuvo unos 2,9 millones de sufragios menos que su contrincante, Hillary Clinton, en el voto popular. Sin embargo, resultó vencedor en los Estados más importantes para el colegio electoral.
Uno de los más influyentes dirigentes del partido Republicano, el senador John McCain, no escondió su malestar con la actitud del presidente: "No veo ningún indicio ni evidencia de que haya habido fraude electoral", dijo este miércoles.