Dixie Mendoza Chaves no es una novata en el ejercicio del sufragio. Como ciudadana costarricense lo hizo a partir de los años 1980. Como estadounidense por naturalización, votó por primera vez en el 2004. Pero volvió a "debutar" como electora en setiembre cuando se enfrentó a otra experiencia diferente: sufragó por anticipado, desde Costa Rica, en los comicios de Estados Unidos.
"El deber cívico que una tiene vale cualquier esfuerzo", dijo esta periodista, oriunda de Santa Ana de Belén de Carrillo, Guanacaste. Se refería a que, para poder emitir su voto sin estar en territorio norteamericano, tuvo que aprender cómo hacerlo y esto implicó hacer trámites que terminaron con el despacho de la papeleta hasta el condado de Cook, estado de Illinois.
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A Mendoza, quien laboró como redactora y editora en La Nación, se le consultó sobre cuán diferente es sufragar en Estados Unidos, a partir de su experiencia en esa nación y en Costa Rica.
Al contrario de lo que sucede en nuestro país, donde dentro y en los alrededores de las escuelas hay algarabía, banderas y otros signos externos de los partidos en liza, allá el acto de votar "es muy discreto. Cada uno lo hace como algo individual, privado, íntimo", resumió.
Enumeró otras diferencias:
* Se vota un martes, no un domingo, en un día laboral durante el cual las actividades cotidianas no se alteran. Los centros de votación no solo están en escuelas, sino en otros sitios.
* No hay un documento nacional de identidad (cédula), como en Costa Rica. "La licencia de conducir es lo más parecido a una cédula".
* Tampoco existe un tribunal nacional de elecciones, sino que en cada estado rigen normas propias para los comicios.
* El ciudadano decide si sufraga en una papeleta impresa o desde una máquina que Mendoza describió como algo similar a un cajero automático.
* Mientras en Costa Rica el ciudadano elige presidente, vicepresidente y miembros de la Asamblea Legisltiva, en Estados Unidos la lista de puestos es numerosa: presidente, vicepresidente, miembros del Congreso federal (dos cámaras) y de los congresos estatales, alguaciles, jueces, etc. También se incluyen referendos y, como en el caso de Illinois, una reforma a la Constitución del estado.
Su papeleta incluía nueve páginas y 83 "votaciones".
Voto en ausencia. La periodista Mendoza residió durante 15 años en Estados Unidos y en el 2015 decidió regresar a Costa Rica. Ahora se desempeña como coordinadora del Observatorio de Violencia de Género contra las Mujeres y Acceso a la Justicia, dependencia del Poder Judicial.
Si quería participar en los comicios del 8 de noviembre, debía solicitar la papeleta para votar en ausencia, desde el extranjero. Así lo realizó ante el condado de Cook, que le hizo llegar un instructivo de ocho puntos, entre ellos el sitio de Internet al que debía acceder para cumplir su deber cívico.
El 23 de setiembre lo concretó. Si bien el voto fue digital, tuvo que imprimir la papeleta y otros documentos, entre ellos una declaración de identidad. El siguiente paso era enviarlos por correo postal para que llegaran, a más tardar, 14 días después de los comicios (22 de noviembre). De lo contrario, el voto ya no contaría.
Por estar residiendo en el exterior, el importe de la correspondencia corre por cuenta del interesado. Mendoza pagó ¢1.400 por el servicio ordinario y ¢890 más por un correo certificado
"Fue una experiencia interesante y cada paso que hacía implicaba aprendizaje", expresó. "Uno no debe dar las cosas por dadas. Yo quiero ser parte del futuro de ese país, participar en la construcción de la democracia, lo que me obligó a dar un voto lo más razonado y responsable".