Moscú
Moscú elige alcalde el domingo, en unos comicios importantes para el Kremlin, en los que el opositor principal Alexei Navalny se mide al saliente y gran favorito Serguei Sobianin, leal a Vladimir Putin.
La participación en las municipales de Alexei Navalny , 37 años, bloguero anticorrupción que encabezó la protesta contra el régimen ruso de 2011-2012, cambia el panorama en un paisaje político muy plano y donde la oposición está marginada desde hace diez años.
Condenado en julio a cinco años de cárcel por acusaciones de malversación de fondos, que él tilda de montaje, Navalny fue encarcelado y luego liberado sorpresivamente por la justicia hasta el examen de la apelación.
El opositor, que realiza una campaña muy activa en la calle y en internet, ha subido claramente en las encuestas con un 18% de intenciones de voto, aunque lejos del alcalde saliente (58% de intenciones de voto), según la última encuesta del centro independiente Levada.
"Estas elecciones son mucho más importantes que unas simples municipales", subraya Lilia Chevtsova, analista del centro Carnegie de Moscú.
"Navalny apareció en el escenario político; hay una nueva generación de opositores. Esto transforma las municipales en referéndum sobre Putin", añadió el analista.
El opositor lleva a cabo una campaña de tipo occidental organizando varios encuentros diarios ante los electores en el metro. Sus partidarios distribuyen octavillas en toda la ciudad.
El opositor movilizó a miles de voluntarios y más de 100 millones de rublos (2,3 millones de euros, 3 millones de dólares) en donaciones.
Varios jefes de pequeñas empresas en línea manifestaron públicamente su apoyo a Navalny , pesadilla del Kremlin.
El famoso economista Serguei Guriev, recientemente refugiado en Francia, es el autor de su programa económico.
Navalny , que tiene como consigna "no robar, no mentir", prometió en el pasado encarcelar a Vladimir Putin y sus allegados, que fueron objeto de varias de sus investigaciones anticorrupción.
A cuatro días de las municipales, Putin criticó al opositor y lo tildó de incompetente para dirigir una gran ciudad y de poco irreprochable para denunciar la corrupción.
"No basta con gritar 'al ladrón' ni decir 'mañana metemos a todo el mundo en la cárcel por corrupción'", ironizó el presidente ruso.
En cambio, elogió a Serguei Sobianin, "una persona con mucha experiencia y tranquilo".
"Me gusta la gente como él. Habla poco y actúa mucho", destacó.
El alcalde saliente, de 55 años, un gestor eficaz sin carisma, declinó participar en los debates y dice que prefiere seguir trabajando por la ciudad.
Ha multiplicado las iniciativas para seducir a los moscovitas, desde la creación de un sistema de bicicletas en libre-servicio hasta obras gigantescas de renovación del centro histórico, con la creación de zonas peatonales.
Nombrado por el Kremlin en 2010 por decreto tras el despido de su predecesor Yuri Lujkov, convocó una elección anticipada para asentar su legitimidad en la megaciudad de 12 millones de habitantes.
"Moscú es la capital de las protestas políticas. Para el Kremlin es importante mostrar que obtiene una mayoría", subraya Nikolai Petrov, de la Escuela Superior de Economía.
Otros cuatro candidatos participan en los comicios pero su índice de popularidad es insignificante.
Todos los candidatos insisten en la lucha contra la inmigración ilegal desde repúblicas ex soviéticas hasta el punto de que los defensores de los derechos humanos han pedido que cese "la histeria anti-inmigrante" que alimenta la xenofobia imperante.
La ONG Golos dijo que movilizará a 3.000 observadores para la elección en Moscú.
El diario económico Vedomosti afirmaba el miércoles que las autoridades dieron la orden a las comisiones electorales locales de organizar un escrutinio "honesto", respetar las reglas y colaborar con los observadores.