Tiflis. EFE. La detención de seis agentes del Servicio de Inteligencia Militar (GRU) de Rusia por “espionaje” en Georgia, ha desatado un conflicto diplomático entre ambos países, enfrentados desde el acercamiento de Tiflis a EE. UU. y la OTAN.
“Durante meses los oficiales rusos participaron en actividades de espionaje y tramaban provocaciones, por lo que decidimos actuar con diligencia para neutralizarlos”, aseguró Vano Merabishvili, ministro del Interior de Georgia.
El grupo recababa información “sobre el programa de cooperación de Georgia con la OTAN, la situación de seguridad energética, los partidos de oposición, la importación de armamento y las comunicaciones por vía férrea y marítima”, según el Ministro.
En respuesta, Rusia desplegó ayer toda su maquinaria diplomática para hacer frente al nuevo conflicto con Georgia.
El Ministerio ruso de Asuntos Exteriores informó de que su embajador en Tiflis, Viacheslav Kovalenko, fue llamado a Moscú para consultas y que hoy comenzará la evacuación parcial del personal de la misión diplomática y de todos los miembros de sus familias.
“Ante las amenazas surgidas para la seguridad de los empleados de las entidades rusas en Georgia y los miembros de sus familias, se decidió iniciar su evacuación parcial de ese país” en aviones del Ministerio de Situaciones de Emergencia, se señaló en un comunicado.
No a viajes. La nota agregó que la Cancillería “recomienda a los ciudadanos rusos abstenerse de viajar a Georgia en vista de la situación creada”, mientras la embajada rusa en Tiflis suspendió la expedición de visados a georgianos que quieran viajar a Rusia.
El titular ruso de Defensa, Serguei Ivanov, en respuesta acusó al gobierno georgiano de “gamberrismo de Estado”, exigió la inmediata liberación de los militares, cuya detención calificó de “ilícita” y dijo que los cargos de espionaje son “inventados”.
Desde Eslovenia, donde el viernes se reunirá con sus colegas de la OTAN, Ivanov dijo que informará a los ministros aliados del nuevo contencioso entre ambos países, que mantienen unas tensas relaciones desde el ascenso al poder en el 2003 del actual presidente, Mijaíl Saakahsvili, principal aliado de EE. UU. en la región.
El dirigente georgiano acusó la pasada semana a Rusia ante la 61.° Asamblea General de la ONU de querer anexionarse las regiones separatistas y prorrusas de Abjasia y Osetia del Sur mediante la concesión “soterrada” de la nacionalidad rusa a su población.
Hoy, Saakashvili restó trasfondo político a la detención de los militares rusos, mientras dijo que “Georgia ya es capaz de defender su seguridad y los principios democráticos” , y calificó de “histérica” la reacción de Moscú.
Entre tanto, el gobierno de Tiflis entregó a la embajada rusa y difundió una serie de grabaciones secretas para demostrar la actividad subversiva de los militares rusos detenidos.