Un hueco en el casco provocado por la caída de lingotes de acero ocasionó que un barco comenzara a inundarse mientras se encontraba en el muelle de Moín, en Limón.
La emergencia, que se produjo ayer a las 10:30 a. m., obligó a la evacuación de los 23 tripulantes de la nave Aliki pues se temió el hundimiento repentino o que volcara.
Tras la alerta inicial, los tripulantes, con la colaboración del Cuerpo de Bomberos, comenzaron a sacar agua del barco para tratar de estabilizarlo.
A la 1 p. m. se desistió de esa labor pues la cantidad de agua que entraba a la bodega número cinco (donde estaba el hueco) era mayor que la extraída.
Finalmente, el carguero, con bandera de Malta (en el Mediterráneo) tocó el piso frente al muelle de Moín.
La nave traía 17.000 toneladas de lingotes y rollos de acero para la empresa Grupo Pujol.
Tanto personeros de la Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (Japdeva) como de la agencia naviera Transitaria (que contrató el barco) comunicaron que con máquinas especiales que traerán desde Panamá provocarán una “burbuja de aire” para soldar el hueco que tiene el casco.
Luego sacarán el agua para que la embarcación vuelva a flotar y así continuar con la descarga del acero.
Anoche se desconocía cuánto tiempo se tardará en las labores de reparación. Mientras tanto, los puestos de atraque 5 y 6 de Moín permanecerán fuera de servicio, confirmó Carlos Thomas, gerente portuario de Japdeva.
Falla en descarga
Datos extraoficiales detallaron que mientras el operario de una grúa sacaba un atado de ocho lingotes de acero de la bodega número cinco, ubicada en la parte trasera de la embarcación, por razones que se desconocen, la carga se soltó.
Los lingotes golpearon el casco. Seis abrieron huecos y cayeron al mar, y dos quedaron en la bodega, comentó Gilberto Umaña, de la empresa Transitaria.
Cada lingote pesa dos toneladas (2.000 kilos), mide 12 metros y tiene un espesor de 10 centímetros en cada lado.
Los lingotes cayeron a gran velocidad y, pese al fuerte impacto, ninguno de los trabajadores que se encontraban en la bodega resultó herido.
Ayer nadie conocía aún la magnitud del daño en el casco de la embarcación.
Héctor Chaves, jefe del Cuerpo de Bomberos, dijo que inicialmente se temió que se hubieran roto las tuberías de combustible, pero luego de una inspección se descartó el derrame de algún hidrocarburo.
Mientras tanto, Carlos Thomas explicó que inicialmente se pensó en llevar el barco hacia la bahía para evitar el riesgo de daños en el muelle de Moín, pero esa opción se descartó poco después porque se pondría en peligro la nave, la cual podría zozobrar y entonces las cosas se complicarían.