El sueño de cinco presidentes, quienes anhelaron sacar avante cinco proyectos vitales para acabar con las presas en la Gran Área Metropolitana (GAM), no tendrá un final feliz en este Gobierno.
Desde José María Figueres (1994-1998) hasta Laura Chinchilla, la idea de concretar planes viales de primer mundo no pasó más allá del papel. Fueron proyectos que los gobernantes –incluidos Miguel Ángel Rodríguez, Abel Pacheco y Óscar Arias– prometieron y no materializaron.
Ese rezago es costoso y lo pagan miles de choferes, empezando por los que viven o trabajan en Heredia. A ellos se les ofreció un paso de tres niveles en el cruce de La Uruca, cerca de la industria Pozuelo.
La obra incluía un túnel hacia Heredia, una calle al mismo nivel de la carretera de Circunvalación y un paso elevado. Al 2008, 60.000 vehículos diarios viajaban a Heredia, Alajuela y La Uruca justo por ese punto. Hoy son más.
El Ministerio de Obras Públicas y Transporte (MOPT) invirtió, en el 2009, $184.000 en diseños que no sirvieron. Hoy se tienen nuevos diseños, pero, según Pedro Castro, ministro del MOPT, no hay recursos para ejecutar el proyecto, que costaría cerca de $50 millones.
“En algún momento se pensó en hacerlo con los recursos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Sin embargo, la ubicación y las dimensiones se nos salieron de presupuesto”, puntualizó.
Los conductores alajuelenses sufren algo similar. Hoy el cruce frente al aeropuerto Juan Santamaría, aparte de peligroso, genera congestión vehicular. La solución está casi descartada.
Allí se pretendía construir un paso a desnivel donde, en todos los sentidos, las vías no se cruzaran y el tránsito fluyera.
Sin embargo, tal y como aceptó Castro, el fin del contrato con la empresa brasileña OAS para ampliar la carretera a San Ramón también sepultó ese paso a desnivel.

“De todo lo vinculado a la concesión, no se puede hacer nada. Se tiene un contrato con la empresa y hasta que se termine, no se pueden hacer obras”, sentenció el jerarca.
Para Olman Vargas, director ejecutivo del Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos (CFIA), esos dos casos evidencian que no existe visión país en el MOPT y este ministerio solo se ha dedicado a “apagar incendios”.
“Son proyectos de grandísima trascendencia y que no estén resueltos, no quita la importancia que estos tienen”, sostuvo Vargas.
Cartago. Al otro extremo de la GAM, la situación no dista mucho de los otros malogrados planes.
Hasta dos horas para llegar desde Cartago a San José sufren, en promedio, 5.000 conductores por día. Solo en la mañana, 2.153 vehículos ingresan a Curridabat por la autopista Florencio del Castillo, según el municipio de Curridabat.
La promesa era ampliar esa autopista y hacer un paso a desnivel que comunique el final de la pista, en Curridabat, con la rotonda de las Garantías Sociales, en Zapote.
La idea se desechó. Según Castro, el paso a desnivel podría ser incluido en los proyectos del BID y costaría unos $80 millones.
El alto valor y lo difícil del trazado hizo que el Gobierno descartara la idea de una ruta alterna a Limón por Cartago. Ahora apunta a ampliar la ruta 32 con financiamiento chino por $400 millones. Antes debe ser aprobado por los diputados.
Por último, las rutas intersectoriales, propuestas por el Gobierno anterior –pretendían que un usuario de buses viajaran por la periferia de la capital–, tampoco vieron la luz. Mario Badilla, director del Consejo de Transporte Público (CTP), dijo que por ahora no son una prioridad y trabajan en sectorizar las rutas actuales.
