La caída de una línea de transmisión eléctrica en Panamá produjo un desequilibrio en el sistema que interconecta a los países centroamericanos, producto del cual se generó un apagón en el 100% del territorio costarricense, así como en Nicaragua.
"Al írseles la línea de transmisión, hubo un desequilibrio en el cual hubo 500 Megavatios que le sobraron a las plantas generadoras. Se dio un flujo muy fuerte que hizo que el sistema no funcionara con todas las protecciones", explicó Carlos Obregón, presidente ejecutivo del Instituto Costarricense de Electricidad.
Los países centroamericanos están interconectados por una red eléctrica de 1.820 kilómetros, que se extiende desde Guatemala hasta Panamá. Para solventar incidentes en ese sistema, cada país cuenta con mecanismos de defensa que regulan el flujo eléctrico.
No obstante, en este caso, el evento fue de tal magnitud que las protecciones del sistema costarricense no pudieron neutralizarlo.
"Cuando se presenta una situación muy grave, entonces es prácticamente imposible poder equilibrar la oferta y la demanda, y se produce un efecto en cadena que lo que genera es la caída de los sistemas", dijo Obregón.
Durante la tarde de este sábado, el Gobierno anunció que el servicio eléctrico estaría restablecido en todo el país antes de las 6 p. m.
El apagón se reportó minutos después de la 1 p. m., cuando dejaron de funcionar todas las plantas generadoras del país.
A partir de esa hora, las empresas distribuidoras de electricidad confirmaron a La Nación la interrupción de sus servicios. Tal fue el caso del propio ICE, la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL), la Junta Administrativa del Servicio Eléctrico Municipal de Cartago (Jasec), la Cooperativa de Electrificación Rural de San Carlos (Coopelesca) y la la Empresa de Servicios Públicos de Heredia (ESPH).
En total, se quedaron sin luz cerca de 1,4 millones de abonados, indicó Obregón.
Cerca de las 2 p. m., el Centro Nacional de Control de Energía (Cence) reportó que los centros de producción de energía Reventazón y Arenal, los más grandes del país, volvieron a operar.
Poco a poco, las demás plantas del país también retomaron el funcionamiento, con lo que el servicio eléctrico del país comenzó a restablecerse gradualmente.
Afectación en semáforos y sistemas de agua potable
La interrupción en el flujo eléctrico afectó principalmente al tránsito y a varios sistemas de agua potable.
Durante el apagón, semáforos de todo el país se apagaron, por lo que la Policía de Tránsito y la Fuerza Pública debieron encargarse de regular el paso en vías de todo el país.
De acuerdo con German Valverde, ministro de Obras Públicas y Transportes, en San José centro hubo 159 semáforos que continuaron operando con normalidad, debido a que funcionan con páneles solares, los cuales guardan suficiente energía para trabajar hasta por tres días.
En las horas que duró el corte de luz se reportaron 71 accidentes en vías en todo el país, según Mario Calderón, director de Tránsito. 36 de los incidentes se reportaron en el Área Metropolitana, y los restantes 35 en regiones periféricas del país.
El Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) reportó inconvenientes en varios sistemas de distribución de agua potable, pues muchas de sus estaciones operan por bombeo.
En conferencia de prensa, Yamileth Astorga, explicó que algunas de sus plantas, como la de Tres Ríos y la de la región Brunca, pudieron continuar su operación con combustible.
La situación fue distinta en la planta potabilizadora de Quitirrisí, pues el agua siguió llegando a Ciudad Colón, pero no a comunidades de Puriscal, Atenas y Santa Eulalia, pues no había presión suficiente para que el líquido llegara.
También hubo problemas de suministro en La Cruz de Guanacaste y en la zona norte del país, informó Astorga.
No hubo reportes de inconvenientes en centros penitenciarios ni en hospitales, en los cuales se acudió a plantas plantas eléctricas y de gas, según informaron el Ministerio de Justicia y Daniel Quesada, coordinador nacional de Emergencias de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Mientras tanto, las terminales del país consiguieron mantener su operación, aunque con algunos inconvenientes, según informó Enio Cubillo, director de Aviación Civil.
El aeropuerto Juan Santamaría, en Alajuela, interrumpió su operación por un lapso de 30 minutos para realizar verificaciones de la torre de control y los radios. Para las 3.30 p.m., la terminal aérea retomó su dinámica, aunque no con la fluidez usual.
El problema principal se dio en el proceso de Migración, detalló Cubillo.
"No hay audio ni pantallas para saber la información de los vuelos. Nos mandaron a preguntar en cada una de las puertas para ver si salía el avión. Hay que averiguar personalmente pues no hay muchos funcionarios de las aerolíneas", contó Stephanie Brenes, una pasajera que perdió su conexión hacia Brasil.
El aeropuerto Tobías Bolaños, en Pavas, funcionó con una planta eléctrica.
Un recorrido realizado por un equipo de La Nación constató que restaurantes, tiendas y hasta lugares de recreo tienen inconvenientes debido a la carencia de energía.
Por ejemplo, en el Parque de Diversiones, fue necesario detener el 35% de los juegos mecánicos, según Mario Catarinella, gerente general del Parque. En algunas atracciones los vehículos quedaron a mitad del recorrido, pero no se reportan incidentes con los visitantes.
Muchos otros establecimientos se vieron obligados a cerrar
"Tuvimos que cerrar, la máquina de café no sirve, la licuadora tampoco y no hay nada para hacer batidos. La cocina sí es de gas pero no hay para hacer más nada, tuvimos literalmente que decirle a la gente que no podíamos venderles nada", contó Ruth Ramírez, empleada del restaurante Sobremesa, ubicado en San José centro.
Esa fue la misma decisión que tuvo que tomar Carolina Soto, quien trabaja en Eduardo Salón.
"No se puede hacer nada. Los sábados todo el mundo llega a hacerse manos, pies, blower, pedicure, todo... No se pudo hacer nada más durante el día. Tenía seis clientas y a la luz de las velas tuve que terminar de atenderlas", manifestó Soto.
El Festival Internacional de las Artes (FIA) no tuvo ningún contratiempo, informó la organización.
Imprevisto que se repite
Apagones similares al ocurrido este sábado se han repetido en varias ocasiones.
El 5 de enero del 1998, un incendio forestal detrás de la fábrica empacadora Universal, en San Rafael de Alajuela, causó un corte en en fluido eléctrico que afectó a San José, Caartago, Alajuela, Heredia y Pérez Zeledón.
En setiembre de ese mismo año, un daño en el sistema central del ICE dejó a 700.000 personas sin luz durante más de 45 minutos en horas de la noche.
Dos años después se presentó una seguidilla de interrupciones en el servicio eléctrico. El 24 de febrero del 2000, un empleado del ICE que daba mantenimiento en la subestación reductora La Caja, en las inmediaciones del Hospital México, en la Uruca, desconectó con una vara un sistema que dejó sin fluido eléctrico la zona central del país y el Atlántico.
Dos meses después, un daño en la planta hidroeléctrica Arenal causó apagones en San José, Limón y Guanacaste.
Uno de los eventos más grandes, similar al ocurrido este sábado, tuvo lugar el 25 de mayo del 2000. Una falla en la planta hidroeléctrica Arenal causó la caída del sistema eléctrico y las demás plantas no soportaron la demanda, por lo que sobrevino un corte que empezó a las 11.45 a. m. y volvió a la 1 p. m. El corte causó una afectación en todo el país.
El 19 de abril del 2007, una avería en al línea de transimisión Arenal-Cañas tuvo durante al menos una hora sin luz a todo Costa Rica. La suspensión del fluido eléctrico empezó a las 8.10 p. m. y afectó semáforos, líneas celulares, Internet y hasta el bombeo de agua en las zonas altas de San José. El aeropuerto Juan Santamaría estuvo sin electricidad durante nueve minutos.
El país no sufría un apagón total desde el 21 de agosto del 2001, cuando un rayo cayó cerca de la planta hidroeléctrica de Cachí, Cartago.
El 23 de octubre de 2013, 165.000 abonados estuvieron sin fluido eléctrico durante 15 minutos, por un problema originado en Nicaragua.
La noche del miércoles pasado, una explosión y posterior incendio en la subestación que comparten el ICE y la CNFL, en El Porvenir de Gravilias, Desamparados, dejó en la oscuridad a 121.200 abonados.