La chaqueta verde que vistió ayer a mediodía y a pleno sol el expresidente de la República, Óscar Arias Sánchez, no le impidió abrazar a los seguidores de otros partidos.
Parecía querer mostrar con su ejemplo lo que predicó: unirse por encima del color político para lograr los acuerdos que requiere Costa Rica para superar problemas.
"Nos da miedo llegar a acuerdos y saber coincidir. En la próxima Asamblea Legislativa va a haber muchos grupos y tendremos que aprender a negociar", declaró el exmandatario.
Y en seguida ofreció su apoyo para lograr la conciliación.
"Cualquiera que sea el presidente puede contar con mi consejo y mi opinión", dijo.
Acompañado por sus hermanos Rodrigo y Cecilia, y sus hijos Óscar Felipe y Silvia, el Premio Nobel de la Paz 1987 votó a la 1:50 p. m. en la junta número 127 del centro educativo Carlos Sanabria Mora, en Pavas, en el oeste de San José.
Como lo anunció hace cuatro meses, dio su voto para presidente y regidores a Liberación Nacional, mientras para diputado apoyó la papeleta de Acción Ciudadana, que encabeza su exesposa, Margarita Penón.
"Los lazos de la familia son mucho más importantes que los lazos de partido", explicó.
Antes Arias visitó dos centros de votación en la ciudad de Heredia, de donde es oriundo.
El expresidente esquivó los pronósticos y evitó un mensaje triunfalista. "Hay que esperar con confianza el conteo de votos", insistió.
También señaló que el fracaso de la reelección presidencial, impulsada por él, influyó en que algunos electores desertaran de Liberación. Reiteró que no intentará ser presidente otra vez. "Yo ya estoy muy viejo", dijo.