
La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) impugnó una ley de 1982 que la obliga a desviar recursos destinados para la atención de enfermos, a la compra de obras de arte con el propósito de “estimular” el trabajo de los artistas nacionales.
En tres décadas, la institución ha adquirido 533 piezas, que van desde costosas esculturas y pinturas, hasta grabados, murales, litografías y serigrafías.
Muchas de ellas están en oficinas de los empleados de la Caja o en salas de reuniones, y solo un grupo pequeño está disponible para el disfrute del público.
El valor actual de ese patrimonio asciende a ¢2.121 millones, dinero que pudo ser usado para comprar medicinas y equipos o mejorar la infraestructura hospitalaria.
La obligatoriedad de comprar piezas artísticas está contemplada en la Ley N.° 6.750 para el Estímulo a las Bellas Artes Costarricenses .
Según esa normativa, la institución –y el resto de entes estatales– debe invertir entre el 1% y 2% del costo total de cualquier nueva infraestructura en la adquisición de piezas de arte.

La colección de la CCSS incluye obras de Paco Zúñiga, Francisco Amighetti, Rafa Fernández y Jorge Jiménez Deredia, entre otros.
La escultura La maternidad , de Francisco Paco Zúñiga, es la pieza más valiosa: $1 millón (¢505 millones al tipo de cambio actual) y está expuesta en uno de los pasillos del Hospital de las Mujeres. Años atrás, la obra estuvo en las afueras de la entonces Maternidad Carit.
Impugnación. Ese gasto llevó a la presidenta ejecutiva de la Caja, Ileana Balmaceda, a presentar, en junio pasado, una acción de inconstitucionalidad contra la Ley 6.750. La medida la acogió la Sala IV.

En la acción se impugnaron el artículo 7 de la ley, y el 12 del reglamento que la opera. En la primera norma se establece la imposición para las instituciones a comprar arte; y en la segunda se establecen los porcentajes de la inversión.
La acción de inconstitucionalidad se basa en el artículo 73 de la Constitución Política, el cual define que los recursos de los seguros sociales –como el de salud– “no podrán ser transferidos ni empleados en finalidades distintas a las que motivaron su creación”.
José Luis Valverde, de Comunicación de la CCSS, dijo que desde el 2003 se decidió no comprar más arte, so pena de infringir la ley.
Aunque no hay un cálculo de lo que habría tenido que invertir la entidad en obras plásticas en la última década, sí la hay para las últimas cinco edificaciones.
Tan solo para los clínicas de Desamparados y Siquirres, el Área de Salud de Parrita, la torre médica del Calderón Guardia y el nuevo Servicio de Radioterapia del Hospital México –cuya inversión total fue ¢148.365 millones–, la Caja habría tenido que comprar ¢1.483 millones en obras de arte.
“No es que estemos en contra de las artes, pero esto (el gasto) se contrapone a la ley constitutiva de la Caja”, advirtió Balmaceda.