En un restaurante de carnes, en Santa Ana, los tres presuntos intermediarios esperaron noticias sobre el atentado que acabó con el comunicador Parmenio Medina Pérez.
El golpe estaba previsto para la mañana, pero la banda de Nicho Murillo –según la Fiscalía, la encargada de perpetrar el ataque– se tardó.
“A mí me habían dicho que lo iban a hacer en la mañana. Yo esperaba que el bombazo saliera en la tele y pensamos que lo habían dejado mal herido”, narró el colombiano John Gilberto Gutiérrez al Ministerio Público (órgano acusador del Estado).
Con el extranjero habrían estado presentes –conforme su declaración– su coterráneo Jorge Castillo Sánchez y un sujeto conocido como “Sandy”, quien estaría fuera del país.
“Jorge me dijo h... Se paró e hizo una llamada. Cuando dicen en la tele que Parmenio ya murió, entonces Jorge me dio la mano y se fue”, explicó Gutiérrez.
El hombre (ahora convertido en testigo) sostiene que acudía mucho a ese restaurante con Castillo y “Sandy”.
Jorge Castillo estaba en el país desde 1998. Se dedica a la exportación de jugadores y años atrás fue presidente del club Deportivo Independiente de Medellín.
“Según Jorge, él y Omar (Chaves) era socios en varias cosas. A Jorge le llegaba mucha plata de Miami, Estados Unidos”, puntualizó Gutiérrez.
Tras el homicidio, Gutiérrez dice haber ofrecido información a un agente del OIJ, pero no llegaron a un acuerdo por cuando este último se negó a contactarlo con la entonces directora de esa institución, Lineth Saborío (en la actualidad vicepresidenta de la República).
El colombiano asegura que de los ¢4 millones que le correspondieron, $4.000 (¢1,6 millones) quedaron en manos de su esposa y el resto lo gastó en un hotel del Paseo de los Estudiantes, San José.