Pital, San Carlos. Pedro Barrera Espinoza y José Hurtado Salazar fueron los dos últimos pacientes en recibir una receta en la farmacia de la clínica de Pital, antes de que el Ministerio de Salud la clausurara.
Esta es la primera de una lista de 43 farmacias de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) que observan ese Ministerio y el Colegio de Farmacéuticos de Costa Rica.
En Pital y en las otras hay varios problemas para dar un servicio seguro a los pacientes. El principal es la falta de regente farmacéutico, el encargado del despacho de medicinas.
Entre las funciones del regente están la de revisar dosis, vigilar la interacción de los productos de un paciente, rotular las medicinas y asesorar al asegurado cuando tenga alguna duda sobre su tratamiento.
Según cálculos del Colegio de Farmacéuticos, faltan 51 de estos profesionales para cubrir diferentes turnos en establecimientos ubicados en todas las provincias.
Según el presidente del Colegio, ese déficit implica un riesgo. “Este cierre no es intempestivo. Hace años que se le advierte a la Caja de varios incumplimientos, empezando por la falta de permisos de operación en todas esas farmacias”, agregó ayer, minutos después de que se clausuró el local.
A pesar del impacto que el cierre podría tener para los lugareños, hubo quienes apoyaron la medida.
Una fue la presidenta de la junta de salud de la clínica –órgano que representa a los asegurados–, Rosalba Otárola. Ella dijo que el manejo de medicinas es delicado y debe estar en manos profesionales.
La ministra de Salud, María del Rocío Sáenz Madrigal, dijo que a la Caja se le dio todo el tiempo posible para nombrar al regente y que el límite eran las 10 a. m. de ayer.
“Con todo el dolor tuvimos que proceder al cierre, pero es un asunto de salud pública, y nosotros estamos obligados a cumplir la ley ( General de Salud )”, dijo Sáenz.
El presidente ejecutivo de la Caja, Alberto Sáenz Pacheco, no ocultó su malestar. Aseguró que las plazas se han venido creando. “¿Por qué toman una decisión de estas en momentos en que estamos esperando que la Contraloría nos refrende la aprobación de plazas”, preguntó.
El gerente administrativo de la Caja, René Escalante, explicó que, dentro de los 800 códigos aprobados hace dos semanas, 54 son para reforzar los servicios de farmacia.
De ellos, 15 corresponden a farmacéuticos, 36 a técnicos en farmacia y tres a auxiliares.
A su vez, el defensor de los habitantes, José Manuel Echandi Meza, explicó que tanto la Defensoría como el Colegio de Farmacéuticos han advertido desde hace años a la Caja sobre este problema.
“Aquí, la culpa no la tiene el Ministerio (de Salud): la tiene la Caja por no planificar estos servicios, que son estratégicos para la salud de los asegurados”, opinó Echandi.