Este lunes, los diputados aprobaron de nuevo, en primer debate, el proyecto de Ley de Bienestar Animal, luego de haber reducido las penas planteadas contra las personas que maltraten o maten intencionalmente a los animales.
Los cambios en la iniciativa legal se dieron luego de que, en julio, tras la anterior aprobación en el plenario, la Sala Constitucional señalara varias inconstitucionalidades en el fondo del plan.
Entre las modificaciones aprobadas está la reducción de las penas de prisión por causar daño a un animal, debilitarle la salud, causarle sufrimento intenso o una agonía prolongada. En estos casos, la cárcel sería de tres meses a un año; antes se proponía de seis meses a dos años de prisión.
A quien mate intencionalmente a un animal, en cambio, se le impondría prisión de tres meses a dos años; la anterior propuesta de castigo era de seis meses a tres años.
El acuerdo para votar en primer debate este proyecto de ley estaba listo desde el jueves pasado. Sin embargo, ese día no llegaron los diputados necesarios para que el plenario sesionara (38 de los 57 legisladores) y quedó para el lunes.
Luego de un debate entre los jefes de las fracciones legislativas, se acordó realizar la votación y rechazar las mociones del libertario Otto Guevara, quien nuevamente pretendía retrasar la votación de la iniciativa.
A favor del proyecto votaron 44 congresistas y tres estuvieron en contra: los libertarios Natalia Díaz y Otto Guevara, y la liberacionista Aracelly Segura.
Multas más bajas. En cuanto a las multas por maltrato animal, los diputados también le movieron las tuercas al proyecto, para ajustarlo a las recomendaciones de los magistrados constitucionales.
De esta forma, las sanciones pecuniarias por tener animales en condiciones sanitarias inadecuadas, por no recoger las heces que estos dejen en la calle, por promover peleas entre los animales o aumentar adrede su peligrosidad, para usarlos en este tipo de enfrentamientos, tendrán que pagar multas de entre ¢106.000 y ¢212.000.
Antes de las modificaciones, se quería imponer multas de uno o dos salarios base del Poder Judicial (de ¢424.000 a ¢848.000).
Ni en el texto anterior ni en el nuevo ya aprobado, las penas llevarían obligatoriamente a la cárcel, a menos de que la persona sea reincidente, pues cuando las sanciones son inferiores a tres años los jueces pueden conceder el beneficio condicional de la pena. Entonces, las sentencias se convierten en días multa.
Una pena de dos años equivale a poco más de ¢10 millones y otra de un año, a ¢5 millones.
Guevara no se rinde. Como si fuera una nueva candidatura presidencial, Otto Guevara tampoco se rendirá con el proyecto de ley de bienestar animal, pues prometió llevarlo de nuevo a consulta ante los siete magistrados de la Sala IV.
Entre los argumentos iniciales del jefe de los libertarios, que calaron en la opinión de los magistrados, estaba el de la violación a l principio de proporcionalidad y razonabilidad en las penas y multas propuestas.
También había concordado la Sala Constitucional con Guevara en que no se había establecido claramente la tipicidad penal en el proyecto de ley original.
La reformulación del proyecto de ley también incluye la definición clara de animal y de lo que se consideran "actos sexuales con animales".
Luego de la aprobación, Marcela Guerrero, del Partido Acción Ciudadana (PAC); la frenteamplista Ligia Fallas y el liberacionista Ronny Monge resaltaron el trabajo de los sectores que presionaron por la aprobación de la iniciativa.
"Hemos hecho un esfuerzo incansable y permanente, ahora reflejado en apoyo de organizaciones y diversos sectores y en la votación de este proyecto", dijo Guerrero.
"Yo quiero decir gracias al pueblo y al movimiento animalista, a todos los que han estado presentes en este proceso, en las calles, en redes sociales; si no fuera por todos, no estaría votado en primer debate", apuntó Fallas.