El terremoto de Nicoya, ocurrido hace un año, pasó una cara factura sobre 10 centros de salud: nueve en Guanacaste y uno en Puntarenas.
Sin embargo, solo el Hospital Monseñor Sanabria, en Puntarenas, consumió casi las tres cuartas partes de los ¢9.944,3 millones destinados por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) a la infraestructura dañada por el sismo.
Durante este año, las reparaciones de ese centro médico han tenido un costo de ¢7.144,3 millones.
Esto se debe a que siete de los 12 pisos del edificio de hospitalización (uno de los cinco edificios del hospital) sufrieron daños que obligaron a adaptar un almacén de fármacos como salas para 186 pacientes.
En los otros edificios se reconstruyeron los servicios de cirugía, cocina, consulta externa, recuperación, administración, recursos humanos, cuidados intensivos, nutrición y rayos X, entre otros.
Randall Álvarez, director del centro médico, indicó que los pacientes reciben todos los servicios.
“Tenemos menos espacio, pero como ventaja tenemos dos especialidades que antes no teníamos: gastroenterología y cardiología. Esto hace que la gente pase menos tiempo hospitalizada”, dijo Álvarez.
No obstante, aún falta trabajo en el Monseñor Sanabria, pues deben demolerse siete pisos del edificio de hospitalización.
Gabriela Murillo, jefa de infraestructura de la CCSS, comentó que estos pisos no pueden demolerse sin que esté listo un nuevo núcleo de ascensores. Ya se hizo la demolición de puertas y paredes y aún quedan columnas, losas y vigas.
“El edificio que más sufrió fue el más alto; ahí están los ascensores que se usan para transportar pacientes. Ya se trabaja en un nuevo núcleo de ascensores que estará listo en dos meses”, precisó Murillo.
La especialista añadió que la demolición tomará cuatro meses.
Nuevo hospital. La CCSS también trabaja en la planificación de un nuevo hospital en Barranca, que tendrá más especialidades, pues también abarcará los servicios de los habitantes de la zona sur.
Ileana Balmaceda, presidenta ejecutiva de la CCSS, confirmó que ya se tiene el terreno, pero aún debe pasarse a nombre de la Caja.
“También ya tenemos los atestados para pedir un préstamo al Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) para ver si nos prestan el dinero”, recalcó Balmaceda.