La Junta de Protección Social de San José (JPS) afirma tener muchas dificultades para amarrar evidencias en contra de las "grandes cabezas" que manejan el negocio de la lotería ilegal.
El gerente general de la JPS, Luis Polinaris, aseguró que al investigar las organizaciones que se dedican a esta actividad clandestina se llega a cierto nivel donde resulta muy complicado obtener información.
La red de venta de tiempos ilegales y lotería panameña es visible a nivel de los vendedores.
Ellos ofrecen sus "productos" en las calles o establecimientos comerciales. También los venden a domicilio o por teléfono.
No obstante, quienes financian los premios y recogen las ganancias no son tan fáciles de identificar, esto porque envían a otras personas a recoger el dinero recaudado por los vendedores.
Premio fácil. La lotería ilegal es atractiva por los premios que ofrece, pues el jugador puede ganarse entre cinco y 72 veces la cantidad de dinero que invirtió, en caso de que el número (sin serie) que escoja salga favorecido en el sorteo.
Además, para reclamar el dinero no tiene que ir a un banco sino que busca al vendedor.
Sin embargo, el jugador corre el riesgo de que la persona no le pague el premio, y no tiene ninguna garantía para reclamarlo.
Otra "ventaja" de la lotería ilegal es que el comprador juega la cantidad de dinero que desea, a partir de ¢50. Eso sí, se puede optar por pocos premios, mientras que la lotería oficial ofrece varios premios en un mismo sorteo.
A la lotería clandestina se le vincula con delitos como asociación ilícita y estafa. Además, se priva a instituciones de bienestar social a recibir dinero para obras, pues las ganancias quedan distribuidas en pocas personas.
Polinaris señaló que estas redes no gastan en papelería porque los números los apuntan en pequeñas hojas, ni en gastos de organización porque se valen de los sorteos que realiza la Junta.