Reclamos dispersos al Gobierno fueron la constante a lo largo de la marcha realizada ayer por los representantes sindicales y trabajadores públicos en el centro de San José.
Las diversas consignas, sin aparente coordinación entre los grupos, no calentaron el ambiente en una avenida segunda y paseo Colón por donde corrían fríos vientos propios de la época.
Los miembros de la Unión Nacional de Empleados de la Caja y Seguridad Social (Undeca) marchaban al mismo tiempo contra el “descalabro financiero de la Caja y por el incremento de los impuestos a la clase trabajadora”.
Unas 10 cuadras más adelante, los sindicatos de educadores gritaban consignas contra “las políticas neoliberales del Gobierno y la reducción de los recursos para la educación pública”.
Y los empleados del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) pedían una rebaja en las tarifas eléctricas residenciales.
Unos 50 motociclistas llegaron a la sede del Instituto Nacional de Seguros (INS) a reclamar por el costo del marchamo y a exigir un monto único de póliza de ¢6 millones.
Ese disparo de consignas sin aparente dirección provocó críticas de algunos ciudadanos que observaron las manifestaciones.
“No saben ni qué quieren; solo unidos pueden hacer algo, pero disparando para todo lado lo que hacen es aburrir”, dijo Eliécer Castro, quien llegó a San José a comprar cable para una chapeadora que le permite ganarse la vida limpiando jardines en Desamparados.
Un sindicalista de Undeca gritó: “¡Compañeros y compañeras, tenemos paralizado el país”; sin embargo, una calle más adelante pasaba el bus de Sabana Cementerio repleto de trabajadores.
Quienes parecían tener más clara la razón de participar en la marcha, eran los vendedores de cornetas, que sí coordinaron entre sí para sacar más provecho.
“Somos muchos, pero nos pusimos de acuerdo y agarramos esto por partes para todos tener alguito de ganancia”, dijo Pedro Marchena, todavía con unas cuantas cornetas en un balde.
Varios problemas. Beatriz Ferreto, presidenta de la Asociación de Profesores de Segunda Enseñanza (APSE), defendió la variedad de consignas que caminó ayer por las calles capitalinas.
“Aquí no es que no sabemos qué criticar o contra qué luchar, aquí es que los problemas del país son muchos y por eso cada uno de los compañeros sindicalistas trae uno”, sostuvo la dirigente de la organización de educadores.
Luis Chavarría, de Undeca, coincidió con Ferreto, pues aseguró que el problema “es la clase política de este país”.
El Gobierno anunció que las instituciones públicas buscarán mecanismos para rebajar el día a los empleados que no se presentaron.
La presidenta de la República, Laura Chinchilla, afirmó que las causas que adujeron los manifestantes “no justifican esos desplantes ni el daño causado”.
Según datos de Presidencia, participaron 4.000 personas; es decir, menos del 2% de la planilla estatal. No obstante, Chinchilla dijo que el perjuicio fue mucho.