En una carta de cinco páginas, que envió ayer por la tarde al presidente de la República, Abel Pacheco, el empresario español y cónsul de Costa Rica en Sevilla, Bernardo Martín, se quejó de una "caza de brujas" y puso su puesto a disposición del mandatario.
En el texto, Martín se refirió en fuertes términos tanto al país como a los medios de comunicación costarricenses.
Por un lado, el cónsul designado en diciembre por Pacheco señaló: "Si de caza de brujas hablamos, mucho me temo que Costa Rica gane todos los premios".
Por el otro, cuando se refirió a las publicaciones periodísticas que han revelado sus nexos aquí, sostuvo que "cargan" contra él "de forma necia y vejatoria, descubriendo nuevamente sus intereses espurios más propios de un pasado oscurantista".
Cuando habló de la inversión que la Fundación Martín Robles, que él preside, ha hecho para con Costa Rica, indicó que asciende a más de $350.000.
"Y ¿sabe qué, don Abel? Si tengo que ser crucificado, calumniado o vilipendiado injustamente, sin absolutamente ninguna razón para ello, entonces prefiero quedarme en casa", dijo.
Martín Moreno, presidente de la inmobiliaria Somersen Corporación, recordó que conoció a Pacheco durante la visita que el mandatario realizó a Sevilla en abril del 2004. Adujo que a él le pidieron organizar la atención en la visita, pues "aquel que debía hacerlo, no podía".
También señaló que la labor cultural de su Fundación y su experiencia empresarial motivaron que Pacheco le ofreciera el cargo de cónsul honorario.
Tras detallar su actividades relacionadas con Costa Rica, Martín explicó que el ampliar sus intereses empresariales lo llevaron a asociarse con "un empresario con más de 25 años de experiencia en el sector" y a obtener asesoría legal en un "reconocido bufete, establecido y abierto al público".
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