Q uienes esperan ver reducido el porcentaje de 21,7% de pobreza en el país, tras la implementación, del plan Puente al Desarrollo , deberán tener paciencia.
Patricia Jara, quien es socióloga en la División de Protección Social y Salud del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), afirmó que “es una fantasía” esperar ver resultados inmediatos.
Dijo que, pese a que al comienzo se verán algunos logros, hay que esperar entre tres y cuatro años para saber si estos afectan las cifras de pobreza. El siguiente es un extracto de la entrevista.
El país no ha logrado superar, en dos décadas, el rezago de un 20% de la población en condición de pobreza, ¿cómo calificaría las estrategias que han utilizado los Gobiernos en los últimos años?
Costa Rica tiene de las institucionalidades más sólidas de la región y, por lo tanto, eso asegura una alta probabilidad de que cualquier iniciativa pueda tener buenos resultados, siempre y cuando exista un esfuerzo de inversión fiscal acorde con la magnitud de la demanda.
”La pregunta es por qué si hay más escuelas y sedes de Ebáis, sigue existiendo un grupo rezagado. Probablemente, hay ahí un tema de proximidades a estos servicios y de los servicios a esas poblaciones. Era necesario solventar esa necesidad con algún dispositivo intermedio que facilite ese encuentro y esa es la apuesta de Puente al Desarrollo ”.
¿Cuáles han sido los resultados en los países que llevan más tiempo aplicando estrategias parecidas a Puente al Desarrollo ?
Uno es la capacidad de captar a las poblaciones que están efectivamente en pobreza, porque lo que antes sabíamos, más o memos, era la proporción de ese grupo de población; lo que no podíamos hacer era generar un mecanismo de contacto que nos permitiera incorporarlos a la estructura de oportunidades.
”Lo segundo es que aumentan, de manera y rápida, las tasas de uso de los servicios básicos. Quienes no estaban asistiendo a la escuela o un centro de salud, concurren en mayor número. El tercer efecto es que este tipo de iniciativas contribuyen a que los programas y servicios que ya existían se focalicen mejor y no dejen fuera a los que debieran incorporar en primera prioridad.
”La mala noticia es que tenemos muy pocas evaluaciones como para decir, objetivamente, cuál es el aporte real de estos programas en superación de la pobreza y mejoramiento de otras condiciones de bienestar”.
En marzo, la estrategia Puente al Desarrollo cumple un año de implementada, ¿cómo ve usted la forma en que se ha ejecutado ese plan en este tiempo?
Han ido a una velocidad muy superior a la que han tenido otras iniciativas similares y me parece que es porque esta estrategia nació con un concepto maduro.
”No habría sido posible avanzar tanto si la iniciativa no gozara de prioridad política y, por lo tanto, pueda alinear las voluntades de todas las instituciones.
”El propósito de Puente al Desarrollo es su vocación de convertirse en una política de largo aliento, no es un programa coyuntural. Además, que ya existan cogestores con un primer corte de familias visitadas y en proceso de acompañamiento, que significa más familias y más personas recibiendo servicios, a quienes, de otra manera, no les habrían llegado. Es un logro grande para un año de gestión”.
¿En cuánto tiempo, con esta estrategia, se pueden ver resultados, en números, en el tema de reducción de la pobreza?
Esta pregunta llama a la cordura porque si alguien espera ver resultados inmediatos de reducción de pobreza, es una fantasía. Probablemente, muchos de los logros se van a conseguir en, por lo menos, tres o cuatro años.
” Puente al Desarrollo es una decisión correcta, no solo por la visión monetarista de la pobreza, sino por el enfoque multidimensional que entiende que es un tema complejo, donde lo de los ingresos es una forma de mirarlo y un indicador importante, pero no único. Se requiere de una evaluación de impacto que, por desgracia, pocos países que tienen este tipo de programas han hecho”.
¿Qué recomendaciones haría usted al Gobierno de Costa Rica en la implementación de este plan?
Uno es ajuste de expectativas, porque a veces los sistemas se entusiasman con esta tarea. Entonces, se tiende a movilizar muy rápido en esta ansiedad de incorporar a todos al mismo tiempo e incrementar la cobertura. Metas razonables pero con sentido de progresividad.
”También, proteger la figura del cogestor. Cuando se sobrecarga y se transforma en una herramienta más de gestión, entonces se lesiona sustantivamente la posibilidad de enseñar a pescar, porque, para enseñar a pescar, hay que tener tiempo, presencia y personal entrenado. Por último, se debe invertir en una evaluación de impacto a partir de ya.