Corredores. Benedicto Bejarano Sandoya, su esposa, la madre de esta y cinco menores de edad sobreviven, desde hace siete meses, debajo del puente del río Abrojo, en la carretera Interamericana sur, en Corredores.
“Llevamos meses de vivir aquí porque no tenemos vivienda. Pasamos hambre y frío, y dormimos sobre unos cartones, troncos y piedras”, explicó Bejarano, quien ni siquiera recuerda su edad.
A esta familia indígena guaymí le falta hasta lo indispensable. El jefe del grupo reconoce que hay días en los que no tienen qué comer y lo poco que prueban, lo pescan del río Abrojo. Cuando hay más suerte, corretean iguanas en las montañas.
“Hay días en que debemos acostarnos sin probar bocado porque no tenemos qué cocinar. El arroz y los frijoles los comemos de vez en cuando. Mire a mi hijo Jorge: hace rato que destapa la olla que está en el fuego y no tiene nada. De seguro que él tiene hambre”, expresó Regina Bejarano Palacios.
“A veces pescamos en este río, y de eso comemos; pero hace días que el agua está sucia y los peces no aparecen”, agregó la señora.
Aunque muy cerca de ellos está la comunidad indígena Abrojo Montezuma, esta familia no pertenece a ese grupo y por ello no tiene tierra para vivir.
En los últimos siete meses, ellos no han recibido la visita de funcionarios del Gobierno que determinan si son aptos para un bono de vivienda o un subsidio económico.
Sin apoyo. Otro tipo de penurias viven las 60 mujeres de la Asociación de Productoras Agroindustriales de Los Ángeles, de Los Chiles, en Alajuela.
La mayoría son jefas de hogar y no cuentan con un albergue estatal o Cen-Cinai para dejar a sus hijos mientras trabajan en la elaboración de gel y champú con productos orgánicos.
La ayuda les llega de familiares o amigos que se encargan de los menores durante 8 ó 10 horas diarias.
Ese es el caso de María de los Ángeles Díaz, quien se ve obligada a pedir a su suegra que le cuide a los pequeños Ángelo y Kixia (de 8 y 6 años respectivamente) mientras ella trabaja.
Según Seidy Ramírez, vicepresidenta de la Asociación, hace dos años le pidieron al Gobierno un albergue para menores, pero nunca obtuvieron respuesta.
“En todo el cantón de Los Chiles solo hay un Cen-Cinai, y eso no es suficiente”, se quejó.