El calor que hizo ayer por la tarde en San José no fue suficiente para calentar Zapote.
Vendedores, dueños de locales y visitantes siguen lamentando la escasa afluencia de público a los tradicionales festejos populares de fin y principio de año.
Todo se encuentra en su sitio para ofrecer el mejor espectáculo. Están las ventas de pupusas, gallos de carne, chop suey, algodones de azúcar, manzanas escarchadas y pollo grasoso.
También están los megachinamos y los chinamos más pequeños, las ventas de cerveza, las modelos enviadas por diferentes marcas y la música.
Por supuesto que no faltan todos los juegos mecánicos: la montaña rusa, la tagada, el kamikaze y los caballitos. Hay payasos, caballos, seguridad.
Entonces, ¿por qué Zapote no logra cautivar este año a los costarricenses? La obvia respuesta está a flor de labios entre cada uno de los consultados: porque no hay toros.
Atrás quedaron las filas de los toreros improvisados desde muy temprano alrededor del redondel. El olor a excremento de animal. Las carreras para llegar a tiempo a la función de media tarde o de la noche. Sin duda, los ticos extrañan sus corridas en Zapote.
“Yo tengo como 11 años de trabajar aquí para fin de año y nunca había visto unas fiestas tan flojas”, expresó Víctor Gutiérrez, quien labora en los juegos mecánicos.
Lo mismo comentó María Pineda mientras daba vuelta a una chorreada. “Estamos medio mal por la poca gente. ¡Diay, y todo es por los toros!”.
El fin de semana
Quienes trabajan en Zapote depositan su esperanza en este fin de semana.
Amparo Restrepo y John Sanabria, vendedores de joyería de plata, confían en que la situación cambie durante los últimos días de los festejos.
“Es la primera vez que vendemos aquí; nos habían dicho que era muy bueno, pero no lo veo así”, dijo Restrepo.
José Pablo Ureña, quien tiene su negocio a la entrada del campo de feria, también espera más gente.
“Aunque en los bares nunca nos falta gente, por dicha, para este fin de semana esperamos que se llene más aquí en Zapote”, declaró Óscar Salazar, dueño del local Rincón de Flecha.
De niños y tomadores
Aunque muy poca gente transita por el lugar, no faltan clientes en los chinamos que venden licores y la reina de las fiestas: la cerveza.
Conforme avanza el día aumenta el público en esos lugares. Sin embargo, el 31 de diciembre la fiesta se apagó temprano. “Como a las diez cerramos porque no había nadie”, dijo Francisco Ríos.
Quienes sí disfrutan con poca o mucha gente son los niños. Sus ojos se iluminan frente a los juegos mecánicos. “Me asusté mucho, pero me gustó”, contó Melissa, de 7 años, cuando se bajó del “Ring of fire”.
Y Vivian Calderón hizo gala de sus habilidades artísticas en el local del karaoke Dos Pinos.