El Gobierno anunció ayer la firma de un convenio con la Universidad de Oxford para implementar un nuevo modelo para calcular el porcentaje de pobreza en el país.
Carlos Alvarado, ministro de Bienestar Social, explicó en conferencia de prensa que la nueva metodología pretende, a la hora de valorar la pobreza, ir más allá de los ingresos familiares y tomar en cuenta aspectos como acceso a servicios públicos, salud, educación, tipo de vivienda y empleo.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), en la zona urbana del país viven en pobreza los hogares con ingresos mensuales menores a ¢105.976 y en pobreza extrema las familias que sobreviven con ¢47.840 al mes.
Mientras, en la zona rural la línea de pobreza es de ¢81.344 y la de pobreza extrema, de ¢39.663.
“Esa visión, que ha sido la visión dominante, tiene un sesgo y dirige la política pública hacia el asistencialismo porque es hacer transferencias para sacar a la gente de la línea de la pobreza, pero no crea capacidades entre la población”, señaló Alvarado.
Durante el 2013, el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) entregó ¢97.600 millones en programas sociales, como Avancemos, Bienestar Familiar, Manos a la Obra e Ideas Productivas, entre otros.
No obstante, semanas atrás, esa institución reconoció que es incapaz de verificar la condición real del 75% de los beneficiarios.
Alvarado agregó que el trabajo de campo para las nuevas estimaciones seguirá en manos del INEC, pero aplicando la metodología propuesta por los expertos de la británica Universidad de Oxford.
“Esto no sustituirá las mediciones de pobreza que se hacen en el país, más bien llega a complementar y nos permite atender de manera integral a las familias”, dijo.
De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Hogares, 285.467 familias en Costa Rica viven bajo la línea de pobreza, lo que equivale a un 20,7%. De ese porcentaje un 6,4% se encuentran en una situación de pobreza extrema.
El presidente Luis Guillermo Solís resaltó que la iniciativa no es simplemente un diagnóstico.
“Es importante destacar que este esfuerzo no se trata de un diagnóstico más o un mapeo que tengamos que iniciar de cero.
”Este es un índice que se alimenta de la información registrada por el IMAS y el INEC desde hace años, pero que hasta ahora es utilizada para focalizar de manera determinante todas las acciones que el Gobierno emprenda en la lucha contra la pobreza extrema”, indicó.
Los primeros resultados de esta metodología estarán listos, según Alvarado, durante los primeros meses del próximo año.
Filtraciones. Un estudio publicado en junio anterior por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) acusó fallos en diferentes planes de asistencia social desarrollados por el Estado.
Por ejemplo, el análisis señaló que una de cada cinco becas del Programa Avancemos, cuyo objetivo es combatir la deserción escolar, termina en manos de alumnos de nivel socioeconómico medio.
Avancemos giró ¢47.000 millones a 133.000 familias en el 2013.
El PNUD también advirtió que el 8,2% de ayudas en efectivo van a personas que no son pobres.