Poco más de 11.600 vecinos de varias comunidades de Guanacaste y San Carlos, continúan tomando agua contaminada con arsénico.
Esa cantidad es mucho más baja a la del 2010, cuando 37.948 personas consumían el líquido contaminado, informó ayer Yesenia Calderón, presidenta ejecutiva del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA).
“Las poblaciones afectadas están recibiendo agua apta y hay tanques cisterna (con líquido) para la ingesta y para la preparación de alimentos”, explicó Calderón.
La funcionaria salió al paso de la orden emitida por la Sala Constitucional, el 4 de junio, que le fijó un plazo de seis meses para identificar la fuente de contaminación y dar agua potable a los afectados.
Calderón aseguró que llevan tres años desarrollando medidas para solucionar el problema, y que esta orden constitucional solo acelera el proceso. “AyA no es responsable de la contaminación del agua; es la naturaleza”, aclaró.
Por su parte, el ingeniero Carlos Vargas explicó que no existen reportes de ningún perjuicio grave, ya que no hay estudios donde el arsénico se relaciones con la enfermedad renal, uno de los problemas de salud más comunes entre la población.
El AyA aseguró que cumplirá con el plazo de seis meses marcado por la Sala IV. “Estamos recibiendo el apoyo del Gobierno con financiamiento, y del Ministerio de Salud, que está tomando medidas en aquellos sitios donde los niveles de arsénico son altos”, dijo Calderón.
Si cumplido el plazo no se cumpliera con la totalidad de la orden constitucional, sería porque la tecnología de punta para la remoción del arsénico no ha llegado a tiempo, dijo la jerarca del AyA.
Focos. Hasta el día de hoy, la contaminación con arsénico se concentra en 19 sistemas comunales, que representan un 3% de los 629 sistemas a cargo de Asociaciones Administradoras de Acueductos y Alcantarillados Sanitarios (Asadas), según el informe presentado ayer por expertos del Instituto.
De ese total, solo cuatro pertenecen al AyA, y tres de ellos cumplen la norma nacional de potabilidad.
El Reglamento para la Calidad del Agua Potable define el límite de arsénico para el consumo óptimo en 10 microgramos por litro de agua, mientras que diversos estudios determinan que el mayor riesgo radica en el consumo prolongado de concentraciones superiores a 50 microgramos.
Calderón informó de que en Cañas y Bagaces (Guanacaste) la población dispone de agua potable, y solo en Vergel de Cañas (197 habitantes) los niveles de arsénico están por encima del Reglamento.
La jerarca del AyA destacó el riguroso sistema que utiliza Costa Rica en cuanto a los niveles de arsénico, ya que, según dijo, “hay países más desarrollados que tienen normas más elevadas. Nosotros manejamos la norma de diez miligramos por litro de agua, mientras que otros tiene límites superiores”.
Los expertos del AyA pidieron tranquilidad a la población y aclararon que los acueductos rurales que no están bajo su auspicio, no corren peligro ya que la mayoría no tienen niveles de arsénico por encima de la norma nacional.