Algunos alimentos que consumen a diario cientos de policías están contaminados con excremento y orina de ratas, revelaron investigaciones que hizo la Auditoría General del Ministerio de Seguridad Pública.
Se trata de productos como arroz, frijoles y azúcar, además de carnes y verduras, que almacenan en improvisadas “bodegas” de distintas delegaciones de la Fuerza Pública en todo el país.
La Policía no cuenta con sitios adecuados para el almacenamiento de alimentos, los cuales quedan expuestos a contaminación por presencia de ratas, cucarachas y moscas, puntualizaron los informes.
Los alcances de estos los reveló ayer el auditor de Seguridad Pública, Juan de Dios Araya, quien dijo haber conocido casos de puestos policiales donde, incluso, “guardan alimentos en los servicios sanitarios”.
“Realizamos diversas investigaciones como parte del intenso trabajo que tenemos a cargo y detectamos fallas, algunas muy serias. Se han hecho las recomendaciones del caso”, afirmó el funcionario.
A manera de ejemplo, Araya recordó el traslado de alimentos en camiones que usualmente se utilizan para transportar caballos de la Policía Montada.
“Esos vehículos llegan con residuos de excretas de los animales”, advirtieron los auditores.
“Se crean condiciones insalubres del ambiente en que se encuentran estos bienes y existe la posibilidad de alimentos infectados con el consecuente perjuicio a la salud del personal policial que los consumirá...”, indicó uno de los informes preparados por Araya.
El lunes, el ministro de Seguridad Pública, Fernando Berrocal, anunció una profunda reforma institucional para recuperar plazas policiales, actualmente destinadas a labores administrativas.
Los cambios por realizase comprenderán la privatización de servicios internos de la Fuerza Pública como cocinas, misceláneos, talleres mecánicos y sastrería.
La reforma arrancó el viernes.
Exceso de basura y moscas. La Auditoría también alertó acerca de problemas en diversas delegaciones, entre ellas, en algún momento, la de Desamparados --San José-- donde observaron “el piso sucio, basura esparcida, moscas en exceso y un basurero con residuos en estado de descomposición”.
“Se crean condiciones favorables para la creación de fuentes de contaminación y se facilita la proliferación de ratas e insectos, cuyas bacterias son perjudiciales para la salud humana”, puntualizó otro informe de Auditoría.
En el puesto policial de San Sebastián, al sur de la capital, observaron que entre los paquetes de fideos y en otros productos había “excretas de ratones”.
Los policías reciben alimentación por parte del Ministerio porque trabajan turnos de varios días y no pueden dirigirse a comer a sus casas.