El Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) gastará casi ¢7 millones en una fiesta para celebrar el Día del Funcionario y su 35.° aniversario.
El millonario gasto fue aprobado por la junta directiva del IMAS el pasado 24 de julio.
Entre otros rubros, la actividad incluye ¢2,6 millones en alquiler de local y alimentación para los 600 funcionarios, ¢1 millón en artículos para dar a conocer el nuevo logotipo de la institución, así como ¢880.000 en transporte y ¢400.000 en equipo audiovisual. La actividad se realizará el 29 de agosto.
Mientras, la institución rechaza pedidos de ayuda económica por falta de presupuesto, como en el caso de María Segura, de 52 años, quien vive en el precario 2 de Agosto en Río Azul de La Unión.
Ella vive con su marido, de 64 años. Por su edad, el hombre solo puede trabajar tres días a la semana en labores agrícolas.
Con ¢7 millones se podría becar a 70 estudiantes con ayudas de ¢10.000 durante diez meses.
Al ser consultado sobre este asunto, Diego Víquez, presidente ejecutivo del IMAS, negó que el gasto sea un derroche y declaró que "la gente es medio ingrata con el funcionario público".
¿Cómo explicaría ese gasto a una persona a quien el IMAS negó ayuda por falta de presupuesto?, se le preguntó a Víquez. La respuesta es sencilla, dijo: las instituciones funcionan con presupuestos que destinan recursos para actividades específicas; no operan como "un chancho", donde todo el dinero está mezclado.
Si a alguien le dijeron que ya no había presupuesto para la ayuda que pidió, es porque no hay recursos en ese programa, insistió el funcionario.
"Ponerse en cosas por un almuerzo es ridículo", agregó, pues la ley permite al IMAS usar el 30% del presupuesto en gastos administrativos. Además, todo pasará por el control de la auditoría y la Contraloría General de la República, señaló Víquez.
El ejecutivo añadió que es imposible trasladar esos recursos a los programas sociales.
Además, se debe gastar en transporte porque el día de la actividad se trae a todos los funcionarios del país.