La Dirección de Migración teme que el exceso de controles en la nueva ley de extranjería deje a las fincas de café, caña y melón sin suficiente mano de obra migrante, que viene a Costa Rica a laborar en los cultivos estacionales.
Esto porque cientos de nicaragüenses tendrán que cumplir con más requisitos y pedir un permiso ante el Ministerio de Trabajo para estar aquí por unos meses.
Mario Zamora, director de Migración y Extranjería, presume que esta situación impulsará a los nicaragüenses a buscar trabajo en El Salvador, donde no necesitan pasaporte o salvoconducto y reciben la paga en dólares.
El otro problema que prevé Migración es que otros tantos extranjeros intenten ingresar a Costa Rica por pasos ilegales, porque no quieren pagar el monto del salvoconducto ni pedir permiso de empleo en el Ministerio.
El primer efecto lo están sufriendo las fincas de café en Turrialba, Cartago, que ya experimentan un faltante de trabajadores de hasta el 50%.
Allá la cosecha arrancó y en Hacienda Juan Viñas hay un déficit de 250 trabajadores.
Wálter Méndez, en representación de la finca, reconoció que están pagando ¢600 por cajuela para atraer más mano de obra, a pesar de que el precio legal es de ¢469.
Cambios. Según Mario Zamora, con la nueva Ley de migración y extranjería el Ministerio de Trabajo es el único autorizado para fijar las necesidades de mano de obra migrante en cosechas de temporada.
“Antes el Ministerio giraba recomendaciones, ahora su criterio es vinculante”, agregó Zamora.
Johnny Ruiz, encargado de migraciones laborales del Ministerio, reconoció que la institución es la única autorizada para determinar cuál es el déficit de trabajadores en fincas de cítricos, café o caña.
Por ejemplo, el Ministerio ya acumula 2.400 solicitudes de empleo migrante para la zafra y las meloneras (que cosecharán de enero a abril del próximo año).
En setiembre, ese despacho determinará cuántos trabajadores podrán ser contratados por las productoras para que permanezcan en el país entre cuatro y cinco meses.
Ruiz agregó que, una vez determinado el número, los propietarios de fincas podrán viajar a los departamentos nicaragüenses para levantar listas de obreros interesados en viajar a Costa Rica.
Esa lista debe chequearse en el puesto fronterizo y cada extranjero debe presentar su pasaporte o su salvoconducto de $20 (¢10.360).
Además, cuando se venza su período de trabajo, el último salario se les girará en la frontera, para garantizar que regresen a su país.
“En todos los países del mundo donde se ha implementado este sistema tan rígido, tan inflexible, falta mano de obra y se promueven los flujos ilegales”, comentó Zamora.
Así, si una finca contrata trabajadores ilegales, la nueva ley podría multarlo hasta con ¢1,5 millones.
Preocupación. Sergio Navas, vicepresidente ejecutivo de la Cámara de Exportadores de Costa Rica, expresó preocupación pues estimó que la legislación vigente es “muy restrictiva” y eso podría afectar el flujo de trabajadores extranjeros.
“El trabajador migrante es necesario para la economía de exportación” porque aquí no todos están dispuestos a soportar el sol y las cortaduras a las que se enfrentan los trabajadores agrícolas, dijo.
La nueva Ley fue aprobada en octubre del año pasado, luego de un trámite que llevó cinco años, pues entró al Congreso en el 2001.