Medidas de seguridad hasta los extremos
Estricto control. El operativo de seguridad desplegado ayer en San Salvador fue sumamente estricto. Por ejemplo, en el aeropuerto a varios vuelos comerciales les adelantaron o retrasaron sus horarios, para que no coincidieran con el arribo del Air Force One, que transportaba al presidente Bush. Los taxis y servicios de transporte no podían llegar hasta las afueras de la terminal.
Muchos viajeros tuvieron que caminar más de 600 metros para buscar cómo movilizarse.
No le gustó. Un aventurado periodista salvadoreño se acercó hasta Rodríguez.
Le preguntó qué opinaba de que Bush haya elegido a El Salvador, y no a Costa Rica, como sede del arranque oficial de las negociaciones de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Centroamérica. Al gobernante no le generó mucha simpatía la pregunta.