Las palabras "filibusteros", "fraude al fisco", "reforma fiscal" y "gasto público" estuvieron, otra vez, en el discurso de celebración de la independencia que dio el presidente, Luis Guillermo Solís, en el acto oficial, celebrado en el Parque Nacional, en San José.
En su alocución ante embajadores, ministros y diputados (muchos más que el año pasado), el mandatario se enfocó, en su clímax oratorio, en afirmar que "la reforma fiscal no se puede postergar más" en la Asamblea Legislativa, donde ya se aprobaron los proyectos de ley para contener el gasto público en pensiones, el de mejorar la lucha contra el fraude fiscal, la sanción del delito de soborno transnacional y el del financiamiento del terrorismo.
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Precisamente, superada esa etapa, los diputados de la alianza opositora (Liberación Nacional, Unidad Social Cristiana, Movimiento Libertario, Alianza Demócrata Cristiana, Renovación Costarricense y Restauración Nacional) consideran que ya es la hora de debatir sobre los salarios de los funcionarios públicos y sus pluses salariales.
Pero Solís considera que es inconveniente dejar para después las iniciativas del Gobierno para transformar el impuesto general sobre las ventas en un impuesto al valor agregado y la reforma al tributo sobre la renta.
"Esos esfuerzos por mejorar la recaudación que ha hecho el Ministerio de Hacienda, ese esfuerzo enorme por bajar el gasto superfluo, tiene que venir acompañado de un aumento en los ingresos. No hay otra posibilidad, debemos recuperar la equidad y hay que darle sostenibilidad a la economía, para que siga creciendo", dijo el presidente.
Según el liberacionista Ronny Monge, un proceso de formación de una ley debe darse con tiempo y analizar, a profundidad, la sostenibilidad financiera del Estado, para no correr a aumentar los impuestos cada vez que haya una situación financiera delicada en el manejo de la cosa pública.
"Ninguna ley se puede hacer de forma atropellada, porque puede tener más males que remedios", dijo el herediano del PLN. Añadió que se debe considerar el criterio de cada uno de los 57 legisladores y definir para dónde va la reforma tributaria, con cuyo trámite habría que tener cuidado para "evitar el bloqueo de alguna fracción en la última parte del trámite legislativo".
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El de Solís fue el último discurso que resonó en el Parque Nacional, a la pura mitad en el camino entre la Biblioteca Nacional y la Asamblea Legislativa, al pie del Monumento a los Héroes de 1856, donde antes habían disertado ante el micrófono el alcalde de San José, Johnny Araya, y el embajador de Honduras en Costa Rica, José Alberto Lara Huezo, a nombre de los diplomáticos centroamericanos.
Para el gobernante, el mejoramiento y la modernización del desempeño del Estado necesita de un equilibrio entre gasto, ingreso y eficiencia, con rigurosidad y excelencia, por encima de una visión de corto plazo.
"En este momento, los ingresos son alrededor de un 14% de la producción y los gastos, un 21%. En el presupuesto (Ordinario de la República para el 2017) que presentó Hacienda, un 95% de los gastos son inflexibles. Eso quiere decir que son una obligación ineludible y que no es posible reducirlos sin afectar servicios públicos esenciales, como la educación", dijo el presidente.
A criterio de Solís, quien enfatizó que él es profesor universitario de profesión, el gusto de los costarricenses exige champán, pero no está dispuesto a dar más que frijoles. Y lo explicó de nuevo: "Queremos servicios públicos de primer mundo, con una recaudación de impuestos de tercer mundo".
Dijo el presidente y escucharon diputados del Partido Liberación Nacional (PLN), como Rolando González, Aracelli Segura, Julio Rojas y Ronny Monge; también el presidente legislativo interino, el libertario José Alberto Alfaro, y su compañera de partido, Natalia Díaz, así como los oficialistas Javier Cambronero, Marcela Guerrero, Marvin Atencio y Epsy Campbell, y los frenteamplistas Edgardo Araya y Patricia Mora, todos en la audiencia.
Entre esos parlamentarios, Araya, jefe de la fracción legislativa del Frente Amplio, manifestó que es hora de debatir impuestos, sí, pero la reforma al de la renta, para mejorar los cobros a las grandes empresas del país, pues adujo que "ya los estratos medios y vulnerables están pagando impuestos".
El vocero del FA tildó de populista el discurso de la Unidad enfocado en exigir el recorte del gasto y afirmó que la presión para debatir sobre salarios públicos podría ser una herramienta para generar confrontación y bloquear, indirectamente, el trámite de los impuestos.
Más temprano, Solís hizo la apertura de los desfiles de celebración de la independencia de las escuelas y colegios, en el atrio de la iglesia católica de la Merced, junto con la primera dama, Mercedes Peñas, y el alcalde josefino.
Ahí, se refirió a las críticas de quien considera la entrega de obras como regalos y las promesas como "hablada de paja" y explicó que es precisamente lo que un gobierno debe hacer, prometer y cumplir.
A un año.
A diferencia del año pasado, cuando el presidente fue breve en sus participaciones y en sus palabras, esta vez se extendió. Ya no habló del decreto ejecutivo sobre fertilización in vitro, sino sobre los defraudadores fiscales y su filibusterismo hacia la patria; ya no habló de los miedos de la gente hacia el desempleo y la pobreza, sino de las oportunidades de mejorar el crecimiento de la economía.
"Le pido al pueblo de Costa Rica que no tenga miedo. Es del miedo del que tenemos que independizarnos. No tengamos miedo ni del presente ni del futuro", decía en el 2015 Luis Guillermo Solís.
"El plan fiscal no nos beneficiará a nosotros, sino a los próximos gobiernos, no podemos postergar la atención del déficit. (...) Esta reforma beneficiará al que sigue, para que pueda gobernar con más tranquilidad de la que hemos tenido nosotros. Podríamos bajar los brazos y dejar la solución al próximo gobierno, sería lo más fácil pero lo más irresponsable, insensato y perjudicial", dijo esta mañana el mismo presidente, un año exacto después.
Sonriente, el mandatario saludó niños escolares y colegiales, tanto temprano en la Merced, como más tarde en el Nacional. Luego, a las 11:25 a. m. concluyó la conmemoración oficial de la independencia, con saludos a diputados, ministros y diplomáticos, que se reunirán de nuevo, ahí, el próximo año. Como siempre.